Qué tengo yo que mi amistad procuras…

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Puede que a muchos de ustedes les suene esta frase… Sí, no nos hemos equivocado: se trata del comienzo de un poema de Lope de Vega que, evidentemente, nada tiene que ver con el rumbo de los mercados financieros. Lo que queremos, con esta expresión, es llamarles la atención sobre algo muy particular: el cambio de percepción que, de un tiempo a esta parte, se está produciendo con respecto a España. Digamos, por parte de los inversores, y más concretamente, por parte de los inversores internacionales….

Ayer poníamos en peligro la supervivencia del euro. Hoy, somos portada del mismísimo “Financial Times”, ¡y en tono positivo!: Spain back on growth path after two year, dicen, dando por válidas las estimaciones del Banco de España sobre la salida de nuestra economía de la recesión. Pero, ¿por qué hace tan sólo unos meses éramos un país “repudiado” y hoy todo el mundo nos considera la gran oportunidad? ¿Qué ha cambiado para que, casi de la noche a la mañana, nos hayamos convertido en el “gran nicho” de la inversión mundial? Bill Gates anunciaba estos días la compra del 6% de FCC, mientras los fondos “buitre” salivan ante las gangas de nuestro mercado inmobiliario. Sin olvidar todos esos informes aún “calentitos”, de grandes gestoras y bancos de inversión (Morgan Stanley, Merrill Lynch, JP Morgan… entre otros) que nos ponen en primer línea de fuego; esta vez, sí, para recomendarnos.

Sin, duda, desde una perspectiva inversora, España es hoy una gran oportunidad (ya hablemos de renta variable o de renta fija). Concurren muchos factores que permiten adoptar ese tono optimista, más allá de la pura especulación del corto plazo. Desde un punto de vista macroeconómico, mejoran los datos de exportaciones, costes laborales, inversión extranjera… Desde un punto de vista micro, mejoran los beneficios empresariales. Para 2014 se espera un crecimiento de los beneficios del 20,63% para las empresas del Ibex 35 (sin contar los bancos), y con un PER de tan sólo 10,5 veces.

Desde PROFIM somos optimistas con España. La deuda española es un activo por el que llevamos tiempo apostando, a través de fondos de inversión distintos. También la renta variable nos parece muy atractiva. Ahora bien: no perdamos la referencia de la situación actual y seamos conscientes de que, pese a los grandes avances logrados, aún hay muchas tareas pendientes. El sector privado ha pasado ya por su proceso de desapalancamiento; no lo ha hecho todavía, en cambio, el sector público. La recesión pasa, pero queda la elevada tasa de paro… y el consumo privado, estancado. Y la banca… esa parte vital de la economía, en periodo aún de pruebas y de la que necesitamos algo fundamental: su crédito.

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