Mucho se ha escrito y dicho sobre el impacto de la victoria de Donald Trump sobre la economía y los mercados. Y lo que queda aún por leer y escuchar. No exento de sesgo político, mediático y cualquiera que sea el ADN de dicho sesgo pero, en muchos casos análisis que parecen teleridigidos a justificar una conclusión ya definida de antemano.
Nosotros vamos a remitirnos a los hechos. En la medida de lo posible, a la objetividad. ¿Qué sectores se han visto por ahora bendecidos o penalizados por los inversores tras conocer el nombre del nuevo presidente de EE.UU.?
Echemos un vistazo a la evolución de sectores, medidos vía ETFs, del S&P 500 y encontraremos las primeras conclusiones evidentes:
Salta a la vista la notable corrección del sector utilites y consumo, frente a la no menos destacable revalorización de las cotizaciones del sector financiero.
¿Encuentran un denominador común entre dichos sectores que, a priori, poco o nada parecen compartir?
La respuesta, en términos de mercado, y mucho más allá de si el programa económico del Presidente electo Trump favorecerá a unos u otros sectores, podemos encontrarlo en una variable clave en todo análisis financiero y de valoración empresarial; el tipo de interés. Piedra angular para determinar el valor presente de inversiones futuras, o para calibrar el grado de exigencia que tendrá una compañía a la hora de pagar su deuda…
En el siguiente gráfico se observa la evolución de la rentabilidad del bono del Tesoro Norteamericano a 10 años así como la de un ETF que representa cesta de bonos norteamericanos en grado inversión. Rentabilidad y riesgo que, como no podría ser de otro modo, presentan caminos inversos.
Observarán el impresionante repunte de la rentabilidad del bono, desde el 1,80 al 2,15 en apenas tres sesiones, y en consecuencia desplome del precio de activos de renta fila en las últimas sesiones. A partir de aquí, pensemos qué sectores se ven más afectados, sea positiva o negativamente por este nada desdeñable movimiento.
Por un lado, empresas del sector utilites perjudicadas, junto a las de consumo debido al apalancamiento financiero de las primeras y la dependencia del segundo respecto a la capacidad adquisitiva de consumidores para ejercer de tales; esto es, empresas y ciudadanos (ven mermada su capacidad si el coste su endeudamiento se eleva).
Mientras, favorecidas serían las compañías del sector financiero, que ven como disminuyen las dificultades para presentar cuentas de resultados a sus accionistas tras años en los que entorno de tipos cero ha lastrado su capacidad para obtener margen, y por ende, beneficios operativos de su actividad principal.
A continuación vemos la correlación histórica entre sector utilities y precio de bonos norteamericanos. Hermanamiento cuando hay viento a favor (expectativa bajada tipos) y cuando la cosas se complican como ahora .
Entenderán, tras la lectura de este artículo que el seguimiento de la evolución de los bonos norteamericanos no sólo debiera preocupar a quien tenga en sus carteras renta fija, ¿verdad?