La historia de José Escudero (Una historia que podría ser la tuya, la mía, o la de cualquier lector).
Jose Escudero, 38 años, enfermero del Hospital Gregorio Marañón, vive con sus dos hijos, Daniel (14) y Lucía (11). Tras la muerte de su madre, recibe una herencia de 300,000 €, que le llega en euros digitales a su monedero oficial del Banco Central Europeo (BCE).
Desde 2030, ya nadie recibe dinero físico: cada ciudadano posee un “Identificador Económico Unificado” vinculado a su wallet en el BCE, sincronizado con su DNI, historial médico y perfil fiscal.
1. La herencia digital
José abre la app del EuroDigital BCE y ve la notificación:
“Ingreso: 300,000 €”
Origen: Herencia familiar registrada en Notaría de Madrid #01872.”
“Advertencia: el 20% de este importe queda bloqueado para verificación de sostenibilidad y trazabilidad.”
Automáticamente el sistema le descuenta:
- 36,000 € en concepto de impuesto sucesorio automatizado.
- 4,500 € de tasa de gestión digital (antiguas tasas notariales y de registro).
Saldo disponible: 259,500 €, de los cuales 50,000 € quedan retenidos hasta que demuestre su “intención de uso compatible con los Objetivos Económicos Verdes 2030– 2035”.
2. Restricciones invisibles
José decide guardar parte del dinero para sus hijos, pero descubre que el wallet familiar impide transferir más de 10,000 € anuales por menor sin justificar destino educativo o sanitario. Cada intento genera el mismo mensaje:
“Operación bloqueada: excede límite de ahorro infantil autorizado.”
Le sorprende que no se puede ahorrar libremente. Los algoritmos priorizan el “dinero circulante” y penalizan la “acumulación improductiva”.
Para evitar que pierda valor, el sistema le sugiere invertir en “Fondos Verdes del BCE”, con interés fijo del 0,25%. Él lo rechaza ya que no confía en dejarlo todo en manos del Estado.
3. Compra frustrada de vivienda
José encuentra un piso de 250,000 € y quiere pagarlo al contado. Al hacer la transferencia recibe una alerta:
“Transacción incompatible con las normas de Diversificación Financiera 2032. Se recomienda financiar al menos el 40% mediante crédito verde certificado.”
Sin hipoteca, el sistema no le permite cerrar la operación. El argumento oficial: “proteger la liquidez macroeconómica del país”.
Resignado, acepta un préstamo que no necesita. El interés es bajo, pero la condición es que su vivienda deberá mantener una calificación energética mínima B. Cualquier incumplimiento implicará una penalización automática en su puntuación crediticia.
4. Dinero programable y social scoring
Cada euro digital tiene metadatos de uso. Cuando José paga en el supermercado, la app clasifica su gasto:
- Productos locales y ecológicos → bonificación 0,5%.
- Carne roja o importada → penalización 0,2%.
- Ropa de tiendas no sostenibles → “Consumo no prioritario”.
Su perfil de consumo determina su “índice de sostenibilidad ciudadana”, visible para entidades públicas. Un valor alto da acceso a descuentos en transporte, becas, créditos… Un valor bajo reduce esos beneficios.
5. Protesta en redes sociales
Una noche, molesto por las restricciones y por la caducidad del dinero —ya que 15 000 € expiran en 6 meses si no los gasta—, José escribe un hilo en X 2032 (la red heredera de Twitter):
“Esto no es progreso, es control. Mi dinero tiene fecha de caducidad y no puedo decidir cómo usarlo. El Euro Digital es un cepo disfrazado de modernidad.”
El post se viraliza y alcanza miles de interacciones. Horas después, recibe un correo automático de la Plataforma de Integridad Informativa UE:
“Su publicación contiene afirmaciones potencialmente desinformativas sobre el Sistema Monetario Digital Europeo. Su cuenta queda suspendida temporalmente por 15 días.”
Durante ese período, su puntuación de reputación cívico-digital baja de 82 a 67 puntos, afectando sus privilegios financieros.
6. Consecuencias prácticas
Semanas después, intenta alquilar un coche eléctrico para viajar con sus hijos, pero la aplicación de movilidad rechaza el pago:
“Transacción no permitida. Nivel de reputación digital insuficiente para acceder a servicios premium.”
Además al intentar donar 500 € a una ONG independiente, recibe un nuevo aviso:
“La entidad receptora no está certificada por el Registro Europeo de Beneficencia. Transferencia bloqueada.”
Su dinero está ahí, pero no puede moverlo como quiere.
7. Reflexión
José comprende que el Euro Digital no es solo una nueva forma de dinero: es un sistema de control económico y social interconectado con su identidad digital.
Todo queda registrado:
- Lo que gana.
- Lo que gasta.
- Lo que dice.
- Y lo que opina.
El efectivo desapareció, y con él, una parte de su libertad cotidiana.
Conclusión
“No se trata de tecnología buena o mala. Se trata de quién controla el interruptor. El Euro Digital podría ser la herramienta más eficiente jamás creada… o el sistema de control más sofisticado que hayamos permitido construir.”


Eso pasara pero en próximo siglo, en este seria la ruina de Europa pero especialmente de los países de la franja mediterránea el dinero en efectivo que se mueve en esos países es muy difícil de calcular y la gran mayoría es dinero ( negro /B) y la pobreza de esa parte de la sociedad seria una guerra. El objetivo al paso de los años será el control para los pobres, para los ricos ya están paraísos fiscales que nunca dejaran de existir. Muy buen articulo gracias