A pesar de la volatilidad que día tras día sufrimos asesores e inversores con nuestro patrimonio financiero creemos que en el medio y largo plazo sigue habiendo oportunidades de ganar dinero en bolsa. Dentro del mundo de los fondos de inversión de renta variable nuestra principal apuesta es, sin dudarlo, el mercado norteamericano. ¿Y qué tiene el país de “las barras y estrellas” de atractivo frente a otros mercados mundiales?.
– En primer lugar, porque se trata de una economía que crece y está generando puestos de trabajo.
– Porque cuenta con un sistema bancario que se está recuperando gracias a las medidas impuestas a los mismos.
– Porque, a pesar de que los estímulos de política monetaria pudieran comenzar a retirarse este año, lo cierto es que por ahora se mantienen. Y, además, algo importante, los tipos de interés fijados por la propia FED van a mantenerse excepcionalmente bajos aún durante mucho tiempo… salvo que se logre que la tasa de paro norteamericana caiga por debajo del 6,5%… De ocurrir esto, y a pesar de que los tipos de referencia repuntaran, no sería una mala noticia sobre todo en un país donde gran parte del PIB procede del consumo de los estadounidenses; y a más empleo más demanda de productos y servicios.
– Porque, su mercado inmobiliario, a diferencia del nuestro, se está recuperando y genera crecimiento a su economía. No obstante, aquí habría que hacer un pequeño inciso: Si el bono a 30 años (referencia para las hipotecas estadounidenses) sigue subiendo… al final afectará negativamente al sector inmobiliario. Por ello creemos que La FED, de actuar (retirando los estímulos monetarios) lo hará con bastante tacto…
– No nos olvidemos de la revolución energética que supone el “shale gas” para la economía estadounidense….creando puestos de trabajo o logrando reducir los costes de energía a ciudadanos y empresas.
– Tampoco olvidemos de una nueva tendencia que denominaremos reindustrialización económica del país. Muchas compañías como por ejemplo Apple, General Electric o Ford han decidido volver a tener parte de su cadena de producción en USA.
– Y, por último, tengamos muy presente el impulso geoestratégico que está llevando a cabo la administración Obama en torno a crear espacios de libre comercio tanto hacia el Atlántico como hacia el Pacífico. Estados Unidos, con el objetivo de seguir siendo la “espina central económica y política a nivel mundial” se ha convertido en el principal promotor de los acuerdos comerciales del Pacífico y del Atlántico. Si Estados Unidos lograra firmar estos acuerdos se convertiría en el centro internacional de los negocios, puesto que a través de esas dos áreas se mueve el 90% del comercio mundial. Además, conseguiría frenar el avance comercial del país que se ha convertido en los últimos años en su gran competidor: China. En este sentido, y por ahora, el gigante asiático no estaría incluido en el tratado comercial del Pacífico (en el que sí se incluyen países latinoamericanos y asiáticos, incluido Japón) y, desde luego, no está en el del Atlántico que cubre Europa.
La no inclusión de China se fundamenta más en aspectos socio-culturales (no trasparencia informativa, tecnológica, no protección de los derechos humanos) y legislativos (no trasparencia fiscal, bancaria, empresarial…) que en aspectos meramente comerciales. Ahora bien, este cierto aislamiento a China podría profundizar la caída que ya se está produciendo en su crecimiento económico… algo que también afectaría negativamente a otras economías asiáticas dependientes del consumo chino y a otros muchos países emergentes latinoamericanos (Argentina y Brasil, entre otros) y de África.