“El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad”. Johann Wolfgang von Goethe.
Y es que, desde hace varias semanas, asistimos a una auténtica tempestad financiera como consecuencia de la preocupación creciente ante la deriva de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y su impacto sobre la economía mundial.
Es cierto que para hacer dinero, sobre todo si se invierte en bolsa, es clave no asustarse de las compañías que uno pueda tener en cartera si éstas son realmente buenas, si además se compraron a buen precio y, por supuesto, no se va a necesitar el dinero a corto plazo.
Sin embargo, cuando los mercados se vuelven totalmente esquizofrénicos, es cuando el miedo vuelve a aflorar entre el sentir de los inversores llevándoles a estados de shock que, en muchos casos, les hace desistir y claudicar cerrando todas sus posiciones pues al pegarle a todo -como bien señala Gerardo Ortega en los últimos días- se opta por la solución más higiénica de corto plazo para sus mentes y para sus bolsillos.
En el momento de redactar este artículo el coronavirus, en la fase sanitaria de contención en la que el mundo se encuentra, nos sigue ganando la batalla. Y, además, es casi imposible saber si sus consecuencias económicas serán algo transitorias o, en cambio, si serán algo que perdure más en el tiempo. Sea como fuere, lo que parece bastante claro es que la contracción que sufrirá la economía mundial, en los próximos meses, será bastante importante y que, como en crisis anteriores (caídas de las torres gemelas; burbuja “punto com”; Lehman Brothers;…etc) el mundo post covid 19 será diferente. Seguramente con más medidas de control sanitario y, posiblemente, con una mayor diversificación de los centros de producción mundiales para no depender de un único fabricante por barato que éste pueda llegar a ser. Y esto último podría afectar a China (hoy por hoy la gran fábrica del mundo).
En cuanto al terreno de las inversiones, y con toda humildad, creo que a corto plazo es muy complicado saber dónde los mercados de acciones, y determinados mercados de crédito, pueden tener su suelo ante estas caídas tan bruscas de precio y en tan corto plazo de tiempo. Por ello, es ahora cuando se hace más importante tener un buen asesor financiero a mano que nos acompañe y que nos recuerde que:
- Las caídas de precio en los activos financieros son algo normales…aunque con la virulencia de las últimas semanas sólo sucede, por suerte, cada bastante tiempo. Ahora bien, tras caídas tan fuertes y en tan poco espacio de tiempo, cuando el mercado se queda a precios muy atractivos y además la mayoría de inversores ya no tienen la esperanza de verlos recuperarse, es cuando llegan las subidas igualmente agresivas y verticales. Por tanto, si se está bien invertido un buen consejo es tener paciencia. Y si se tiene liquidez, igual; ya llegará un momento óptimo de entrada.
- Como en el corto plazo es difícil prever qué pueden hacer los mercados, es fundamental respetar nuestro plazo de la inversión y no seguir los acontecimientos en tiempo real para evitar caer en pánico. En estos instantes conviene actuar de forma inteligente y con cabeza fría.
- Muy ligado a lo anterior, no es aconsejable invertir según nuestras emociones sobre todo cuando la emotividad no se correlaciona con la razón. Si uno se deja arrastrar por las emociones es como cuando vamos a comprar al supermercado con hambre….seguro que cargamos más de lo necesario.
- Diversificar es vital. Pero hacerlo de forma inteligente es mucho más importante, como habrán comprobado los lectores de tradersecrets, si han seguido los consejos genéricos dados aquí desde hace tiempo y a la hora de invertir en fondos de inversión. Si ha sido así, sus carteras habrán asumido menos riesgo que sus índices de referencia y, además, gracias a haber sobreponderado determinadas zonas geográficas (USA) y estilos y filosofías de inversión (“growth” junto con fondos de dividendo donde no se incluyan bancos europeos) sus resultados serán mejores a pesar de las fuertes caídas a las que estamos asistiendo.
- Si esta crisis sanitaria, calificada ya por la OMS como “pandemia”, no supone el fin de la humanidad o de nuestro sistema financiero (y, personalmente, no creo que vaya a suponer ni lo uno ni lo otro) tratemos de minimizar, en la medida de lo posible, los riesgos asumidos reequilibrando las carteras en el corto plazo eliminando aquello que más pueda hacernos daño mientras dure este entorno de altísima volatilidad y que además tenga menos expectativa de recuperación cuando a esta fase de pánico le suceda una de calma. Y, en paralelo, vaya pensando en la fase de reconstrucción económica (que con la ayuda coordinada de bancos centrales y gobiernos del mundo) llegará, pues a los precios que muchos activos van a quedarse será una oportunidad histórica de lograr buenos retornos.
Hoy el Covid 19 nos gana la batalla tanto en el campo sanitario como en el económico-financiero. Pero esta crisis, como otros anteriores, pasará y entonces será momento de contraatacar para lograr los resultados con nuestras carteras de inversión que nos permitan alcanzar los sueños que cada uno de nosotros tengamos.
Por tanto, y en el corto plazo, aunque también mirando la fase de reconstrucción post crisis sanitaria, ¿qué hoja de ruta aconsejamos establecer como estrategia de inversión?. Pues una que se apoye en tres pilares fundamentales:
- Coherencia. La cartera de fondos de inversión que cada uno de nosotros tengamos, en cada momento, debe ser coherente con nuestro verdadero perfil de riesgo y plazo de la inversión.
- Sentido común. Hay momentos en los que los mercados financieros actúan de forma bastante irracional. Es en esos instantes, como apuntara un sabio filósofo clásico a su discípulo, cuando más hay que seguir el sentido común y no dejarse llevar por los miedos y la esquizofrenia de muchos individuos que, al final, quizás sean mayores a los reales.
- Disciplina. A pesar de todo lo indicado anteriormente uno, como asesor y como inversor, jamás debe olvidar seguir una disciplina de compra o de venta de activos financieros. Esta disciplina de acción es un filtro muy importante tanto a la hora de poder consolidar determinados beneficios como por el hecho de evitar pérdidas irrecuperables sobre el propio patrimonio personal.
En consecuencia, y dado el actual cariz que va adoptando los acontecimientos financieros y sanitarios mundiales, entra en juego el tercer pilar de una hoja de ruta: LA DISCIPLINA. Y siendo disciplinados, tanto en la gestión de activos como en el asesoramiento financiero, hay momentos en los que es conveniente aplicar medidas de contención para evitar males mayores.
Una acción coordinada de las autoridades económicas y políticas mundiales podría paliar las consecuencias del coronavirus sobre la economía mundial y, cuando se produjera la fase de recuperación, que ésta se desarrollara a una mayor velocidad. Pero, por ahora, echamos de menos esa mayor coordinación económica, más bien esto parece una “guerra de guerrillas”, y tampoco sabemos si las medidas adoptadas serán suficientes o se precisarán más. Además, para tratar de contener la propagación del coronavirus se habla ya de adoptar medidas drásticas de cuarentena sobre la población mundial que supongan un parón mucho más importante de la actividad económica del que se preveía semanas atrás. Algo que no sólo afectaría a la cadena de producción sino también a la cadena de pagos provocando situaciones muy difíciles para las empresas y sus trabajadores. En consecuencia, lo más aconsejable es pasar a una fase de reestructuración de carteras de inversión que nos permita estar aún en una mejor disposición futura para aprovechar la situación cuando ésta esté más calmada.
En consecuencia, y de cara a las próximas semanas, vamos a sugerir varios ajustes tácticos en las carteras de fondos de inversión que comentamos en este medio y acorde a lo expuesto anteriormente.
En este sentido, y centrándonos en el caso del perfil CONSERVADOR, proponemos reducir temporalmente el peso de fondos mixtos de acciones y fondos “puros” de renta variable para aumentar el peso de monetarios euro y del retorno absoluto Dunas Valor Prudente (idea de inversión del mes de marzo). El consejo es reducir algo más el riesgo global de una cartera con perfil de reisgo que supone estar poco dispuesto a asumir altos niveles de shocks.
De esta forma, la cartera modelo para este perfil quedaría estructurada de esta forma:
- 20% en fondos de deuda europea de muy corto plazo y con muy baja comisión de gestión, algo fundamental en estos instantes.
- Un 20% en fondos de renta fija flexible.
- 35% en fondos con vocación de retorno absoluto.
- 15% en mixtos de bolsa de perfil patrimonialista.
- En torno al 10% en fondos de bolsa internacional orientados a buenas compañías y que tengan una atractiva y sostenible rentabilidad por dividendo (en los que no se incluyan bancos europeos).
En cuanto a la cartera modelo de perfil AGRESIVO, y de cara a las próximas semanas, sugerimos reducir el peso de la inversión en bolsa europea (sobre todo Europa y emergentes) en detrimento de la inversión en mixtos de bolsa y fondos de retorno absoluto.
De esta manera, la cartera modelo de este perfil agresivo quedaría integrada de esta forma:
- 10% en fondos de renta fija flexible.
- 35% en fondos con vocación de retorno absoluto.
- 15% en fondos mixtos de renta variable.
- 40% en fondos “puros” de bolsa centrados en USA; temáticos centrados en tecnología, salud y longevidad, infraestructuras y mejora del medioambiente; y en menor medida Europa y Asia.
(*) Reiteramos que el tipo y clase de fondo de inversión que podamos proponer para Vd. (renta fija, mixtos, bolsa…) siempre dependerá de cuál sea su perfil de riesgo, del horizonte temporal de sus inversiones y, por supuesto, de la coyuntura económica y financiera que se dé en cada momento. Una cartera asesorada por nosotros en Luna Sevilla Asesores Patrimoniales seguirá siempre las líneas generales descritas anteriormente, pero siendo totalmente personalizadas y, por lo tanto, tendrán en cuenta en todo instante sus propias singularidades y, lo que es más importante, cada vez que cambie el entorno de los mercados o sus necesidades, nos adaptaremos a dichos cambios.
Querría terminar con una frase de una película que me gusta ver con mis hijos “Lilo & Stitch” (quizás influya también el hecho de la música de Elvis Presley que se escucha en la misma). La frase es; “Ohana significa familia y la familia no deja a nadie atrás o la olvida”. Y es que como analista y asesor financiero ese es mi compromiso con todo inversor vayan las cosas bien o mal.
Y no olviden, por muy mal que todo parezca estar, al final sale el arco iris.
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