Tal y como indica el título de esta artículo, se aprecian evidentes muestras de desajustes en la periferia europea. Y más concretamente en las bolsas de los tres países que mayor atención han captado en fechas recientes, Portugal, España e Italia. Para que podamos hablar de desajustes o descoordinación primero deberíamos demostrar que existía tal sintonía de movimiento. Vean esta imagen donde se observa cómo han ido de la mano en los últimos años:
Sincronización en los movimientos tanto en la fase bajista como en el inicio y desarrollo de la etapa de recuperación desde el verano de 2012 hasta el pasado mes de abril (señalado con flecha y linea roja). En los dos últimos meses el paralelismo se ha evaporado y cada uno ha seguido un camino distinto. Ello se aprecia mejor en el chart de corto plazo:
Mientras Italia se ha quedado anclada a niveles de abril, Portugal pierde terreno con un claro proceso correctivo, al tiempo que España sigue la senda alcista. Cada uno a lo suyo. O el concepto «periferia» ha desaparecido, en cuyo caso tendríamos que empezar a analizar, y tomar decisiones, en términos individuales desde ya, o estamos ante una considerable situación de divergencia y toque de atención.
La incapacidad de la renta variable portuguesa e italiana para seguir la ruta marcada por el mercado español es una muestra más del desorden que se aprecia en varios compartimentos de la renta variable; otros casos serían por ejemplo el comportamiento del sectorial bancario o los índices tecnológicos (Nasdaq 100 y composite) norteamericanos.
Subidas desordenadas no son, precisamente, sinónimo de longevidad alcista.