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06/09/14

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Despertares, por Laura Blanco

editorial sept 2

Robert Louis Stevenson gestó el grueso de la historia de “El doctor Jekyll y el señor Hyde” (1886) durante un sueño. Cuando Stevenson se despertó cogió papel y pluma y se puso manos a la obra. Lo mismo le sucedió a Mary Shelley con “Frankenstein” (1818). Tras una noche de verano en el Lago de Ginebra junto a su colega Lord Byron, se fue a dormir y al levantarse… Los despertares de Stevenson y Shelley fueron reales y productivos, más allá de que crearan monstruos. ¿Existe el despertar perfecto? El de Alicia le arrebató el mundo de las maravillas. Blancanieves y Aurora (La bella durmiente) despertaron con un cálido beso y la sensación debió ser tan maravillosa, o eso nos han contado, que aceptaron irse con desconocidos (lo cual me lleva a la conclusión de que realmente no existen los despertares de cuento). ¿Y despertares de película? El más socorrido es el repetitivo de Bill Murray en “Atapado en el tiempo” (1993), pero para frustrantes el de Robert de Niro junto a Robin Willians: despertar, para volver a dormirse. (“Awakenings”, 1990).

La bolsa hace mucho tiempo que despertó. Más allá de siestas puntuales, la estadounidense lleva sin pegar ojo desde el año 2009. La europea se hizo la remolona entre las sábanas hasta que en el verano de 2012 decidió abandonar la cama y ahora la duda es si se ha postrado, o no, en el sofá. Pero, ¿y las economías? ¿O están en el sueño o en la vigilia? Categorizamos el estado de una economía porque se encuentre en una u en otra fase. O en expansión o en contracción. Pero igual que en los mercados financieros hay activos que consolidan o que atraviesan fases de lateralidad, las economías también paran, también cogen aire y también tienen que despertarse.

Si ustedes me lo permiten, porque no soy ni economista ni analista, me da la sensación de que el despertar de Europa está siendo confuso. Confuso y lento. Italia vuelve a la recesión. Alemania registra contracción y España se convierte en el alumno aventajado de la clase. ¿Es normal este escenario? Porque anteayer era bien distinto… ¿Y será acaso este despertar incierto el que impida un nuevo paso contundente en las bolsas?

El escenario europeo me ha evocado en los últimos años el despertar de un piso de estudiantes universitarios que comparten casa: uno de ellos amanece muy temprano y de manera brusca porque no quiere perderse los apuntes que se darán en la primera clase (Alemania); otro se levanta para desayunar y volver a la cama un ratito más porque sabe que el primero ya le pasará los apuntes (Francia); siempre hay un compañero de piso atractivo que se las arregla para levantarse en compañía (Irlanda); tampoco falta el que se despierta siempre solo y va descalzo (Portugal); un compañero de piso es de letras (Grecia) y otro es un genio en ciencias (Austria); y no podría faltar el que a las siete de la mañana, y aunque sea martes, todavía no se ha acostado (y ahí España estuvo durante mucho tiempo).

Puede seguir leyendo el análisis de Laura Blanco en el número de septiembre de la revista online gratuita TraderSecrets.

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