Pese a las turbulencias iniciales, el ejercicio 2016 no ha sido en absoluto un mal año para la renta variable de economías emergentes.
De forma progresiva ha logrado, en términos globales, ir recuperando gran parte del deterioro que en 2015 habían experimentado. Y lo ha hecho apoyándose en el principal arma capaz de dotar de competitividad a estas economías; la depreciación de sus divisas.
La estrecha correlación entre depreciación de divisas emergentes y ascensos de sus bolsas son un hecho que se aprecia nítidamente en el siguiente gráfico (ETFs de divisas y renta variable emergente)
Más allá de constatar la mencionada correlación podemos utilizar esta circunstancia como elemento de refuerzo de hipótesis alcista para la renta variable emergente.
En concreto, y centrándonos en el momento actual, necesitaríamos observar depreciación adicional en divisas para considerar factible ascensos en la renta variable.
En el gráfico superior señalamos el último máximo relativo marcado por ambos ETFs y cuya superación, en paralelo, sería una nota.ble señal de fortaleza alcista, con la consiguiente implicación estratégica (posicionamiento alcista en cartera)