En esta crisis económica se han parido muchos libros que han intentado explicar por qué se llegó a ella o que han pretendido dar soluciones y recetas para volver a la senda del crecimiento. Cualquier análisis, se comparta o no, es bienvenido, pero también es de recibo que un manual ponga remedio a una de las carencias que ha evidenciado esta crisis: la escasa cultura financiera.
¿Cuál es la diferencia entre un fondo de inversión y una SICAV? ¿Cómo se contrata un seguro y cuál es la fiscalidad de los seguros de riesgo? ¿Qué debo tener en cuenta antes de contratar un producto de cara a la jubilación? ¿Qué es la TAE? ¿Cómo funciona el mercado de renta fija? ¿Y los futuros? ¿Tiene clara la diferencia entre una EAFI, una sociedad de valores o una agencia de valores? Los gobiernos, los bancos centrales y los organismos internacionales ponen remedio a los problemas con sus instrumentos. Para los ciudadanos, el mejor instrumento es adquirir cultura financiera. Y por eso es útil el libro «El ahorrador inteligente» (Espasa), escrito por Emilio Ontiveros y David Cano. Un manual que explica términos, aclara dudas y se detiene en el funcionamiento de los mercados. “El ahorrador inteligente” no da recetas. Hace algo mejor: nos explica los conceptos básicos necesarios para encauzar de manera adecuada las finanzas personales.