Está claro que la partida que se juega en el tablero de ajedrez de los mercados mundiales, está en el campo de las divisas. No descubro nada al mencionar la guerra de divisas en la que nos encontramos inmersos, y la carrera por monetizar la crisis por parte de los principales bancos mundiales a nivel global, buscando ganar competitividad por la vía del tipo de cambio. En este entorno bien conocido por todos, hace algún tiempo que ya nadie habla del famoso Carry Trade en las divisas, término que nos acompañó en prensa durante mucho tiempo y que llenó portadas de diarios económicos, y que como siempre sucede, una vez pasada la moda periodística, enmudece y queda en el olvido. Curiosamente nosotros pensamos que es precisamente ahora cuando debería prestarse más atención al mismo, ya que el Carry Trade del dólar ha llegado a su fin: se está deshaciendo y está generando mucho ruido al ejecutarse y puede acrecentar los desequilibrios a nivel global.
Acceda a los gráficos con la descarga de la revista online TS. Dólar Index, fuente Bloomberg
El Carry en sí es el retorno que se obtiene por mantener una inversión en el tiempo, puede ser positivo si va a nuestro favor ese retorno o negativo si juega en nuestra contra al suponer un coste por mantener posiciones en el mismo. El Carry Trade consiste en la diferencia entre el carry negativo de un activo que hemos pedido prestado a bajo coste y el carry positivo de un activo en el que hemos invertido. Siempre se ven las cosas mejor con un ejemplo: pedir un préstamo en dólares a cinco años al 2% en el año 2009 a un banco americano, para posteriormente vender los dólares que nos han prestado y dedicar ese dinero a comprar deuda en países emergentes al 8/9%, o en países de la periferia europea como Italia o España con rentabilidades superiores al 6% en el año 2011/2012 son ejemplos de un carry trade que se ha producido en el pasado. Estas operaciones suponen un carry positivo por las posiciones mantenidas en los bonos que pagan un tipo muy superior al coste del préstamo, y además la venta de los dólares para cambiarlos por otra divisa en la que compraremos el activo acelera la presión bajista sobre el dólar apreciando la divisa en la que hemos invertido el dinero, obteniendo un doble rendimiento, por el carry y por la divisa. Suena maravilloso, hasta que llega el momento en que ese movimiento se termina, y hay que devolver los préstamos.
La inversión en divisas supone comprar una divisa para simultáneamente vender otra, financiando cualquier operación en una divisa para invertir ese importe una vez convertido a otra divisa. El inversor de esta forma apuesta a que una de las divisas se va a apreciar (divisa de inversión) respecto a la otra (divisa de financiación).
Desde nuestro punto de vista, el movimiento que está experimentando el tipo de cambio del dólar respecto a todos los pares no es otra cosa que el des-apalancamiento mundial sobre el dólar, carry trade que se iniciara allí por el año 2009, justo cuando comenzaron los programas de expansión cuantitativa de la Reserva Federal, y que llevaría a los tipos de la curva americana a niveles tan bajos que fomentaban el apalancamiento en dólares para comprar activos en otras divisas a nivel mundial buscando obtener rendimientos superiores al coste de la financiación. Por ello, en este artículo vamos a analizar el porqué creemos que la fortaleza del dólar no se debe más que al fin de dicho movimiento, y a la salida de dinero de otros activos que han dado grandes réditos a lo largo de estos últimos cinco años, para devolver los préstamos en dólares que financiaban dichas compras.