«Es el teléfono más caro del mundo y no es atractivo para los clientes del sector negocios porque no tiene teclado». Son las palabras de todo un visionario, Steve Ballmer. El presidente ejecutivo de Microsoft ha anunciado este viernes que dejará la compañía en los próximos meses. Como no soy analista no puedo vincular la fuerte de subida en bolsa de Microsoft en esta jornada con el anuncio de la marcha de Ballmer, pero sí puedo recordar que en el año 2007, coincidiendo con el lanzamiento del primer iPhone de Apple, se mofó de un teléfono de 500 dólares y sin teclado sugiriendo su fracaso en el mercado.
El fracaso del iPhone ha sido evidente, ¿verdad? Aquí el vídeo de la risa.
Al iPhone le siguió el iPad, y nos guste o no el entorno Apple, a esta compañía y a Steve Jobs le debemos, y le deben otras tecnológicas, el concepto de smartphones que ya hemos interiorizado todos con pantalla táctil incluida y la posterior llegada y triunfo de las tabletas.
Steve Ballmer renegó de las innovaciones de Apple y después se comió sus propias palabras con el lanzamiento de su propia tableta (Surface) y de un sistema operativo compatible en el pc tradicional y en los dispositivos móviles, el Windows 8.
Hay personas, o compañías, que son pioneras en un momento de la historia. Lo fue en 1888 George Eastman con el slogan «usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto», frase con la que arrancó la época gloriosa de Kodak. Pero ya conocemos la historia de la empresa de fotografía que no supo adaptarse a la tecnología digital y acabó acogiéndose a la bancarrota. Esta semana Kodak ha vuelto a renacer después de que un juez de Nueva York haya aprobado su plan de reestructuración. ¿Renace también un gigante como Microsoft con la marcha de quién no supo intuir por dónde iba la tecnología? No lo sé. No soy analista.