por

06/01/15

Tags:
, ,

Sigue a Laura Blanco en:

LinkedIn Twitter Web

El puzle, por Laura Blanco

“Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”. Confucio.

puzzle 2

Es una fatiga que no se puede permitir. Me refiero a China. La segunda economía del mundo muestra síntomas de fatiga. Crece, pero lo hace a un menor ritmo. En el tercer trimestre del año que dejamos atrás, un 7,3%. Y ahora los datos de su actividad manufacturera (en contracción en diciembre con una lectura de 49,6 según Markit/HSBC) y las cifras de inversión apuntan a que el crecimiento de 2014 será el peor en cerca de 25 años y no alcanzará el 7,5% previsto de manera oficial. Ese 7,5% es una cifra descomunal para lo que es habitual en Occidente (más allá del 5% de expansión anunciado en el PIB de USA del tercer trimestre) pero evidencia que las cosas no son lo que eran. Algo que también se refleja en el mercado inmobiliario, donde lo que muchos califican como excesos en los precios de la vivienda ha empezado a transformarse en frío. Un frío, que según los economistas, también ha llegado al consumo y se traduce en una inflación que se modera hasta ritmos del 1,4% o mínimos de cinco años (más allá de la caída del precio del petróleo). ¿A que todo esto suena a que China ha salido de su zona de confort?

China es uno más de los muchos países que usa los instrumentos que otorga la política monetaria de un banco central para evitar un enfriamiento excesivo de la economía o para calentarla (realmente, ¿qué país no lo hace?). Por primera vez en dos años y en un día inesperado, el pasado noviembre el banco central de China (algunos llaman al banco “Central Mother”) bajó los tipos de interés. Y ahora el mercado espera más medidas expansivas en este 2015. Algunas encuestas apuntan que el contexto de desinflación y menor crecimiento llevará al país a anunciar nuevas bajadas de tipos hacia el mes de marzo (recortes en el tipo de los préstamos, en el de los depósitos y en el ratio de reservas que se le pide a la banca), pero hay incluso quien apunta a que algunas pequeñas empresas chinas necesitarán liquidez más allá de la política monetaria. Como en todo hay detractores, en este caso economistas que temen que China no solucione de manera adecuada los problemas de sobrecapacidad y deuda de mala calidad generada tras la etapa de política expansiva de 2009.

Si me permiten una exageración, parece que China se “occidentaliza”: el crecimiento se enfría, el banco central ejerce de bastón, los datos de exportaciones y de inversión extranjeras registran altibajos… Pero hay algo más que ha cambiado: algunas de sus empresas ya son más que meros fabricantes. Cierto que la mano de obra sigue siendo barata para nuestros estándares, pero también es cierto que empieza a encontrarse valor añadido en sus empresas y que asistimos a un cambio de actitud de los propios ciudadanos del país en relación al made in China. Ejemplo de estas últimas tendencias es el éxito de fabricantes de dispositivos móviles como Huawei o Xiaomi (¿low cost con una calidad mínima en tecnología siguiendo el modelo que H&M e Inditex han aplicado en la moda para algunas de sus marcas? A eso suena).

Lea el editorial completo de Laura Blanco en el número de enero de la revista gratuita online TraderSecrets.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.