Comencé en esta bonita profesión en el año 2003, tiempos dorados para la industria en España en los que la gestión de activos españoles era muy sencilla. “Compres lo que compres en la bolsa española, va a subir”, decían mis maestros. “El ciclo acompaña, por lo que debes dejar correr las tendencias”, añadían. Todo parecía sencillo y para mis adentros yo pensaba “esta profesión me encanta, es todo muy fácil”. Nada más lejos de la realidad.
Al mismo tiempo que mis maestros me iban modelando cual arcilla recién sacada del envoltorio, trataban de ir impregnándome los conceptos de la gestión de activos que son básicos para sobrevivir a largo plazo en los mercados. No querían que me contaminara por el ruido, por los vicios y la ludopatía innata del sector. Años después solo puedo agradecerles aquellos sabios consejos.
Quería comenzar mi presencia en la revista Trader Secrets, señalando los aspectos que considero básicos en la gestión de activos y que implemento día a día en nuestras carteras. Más adelante comentaré activos y sectores, pero no quería dejar pasar la oportunidad de comentar la filosofía de inversión y la psicología de mercado como comienzo de esta andadura en la revista. Y lo hago porque muchas veces al invertir nos olvidamos de lo principal, de las bases de la gestión de carteras y nos contaminamos por el ruido del sector. Los mercados cada vez son más sofisticados por la presencia de los High Frecuency Trading, (HFT de aquí en adelante) pero no nos engañemos, los mercados son y han sido enormemente eficientes a lo largo de la historia, y a día de hoy lo siguen siendo y lo seguirán siendo en el futuro, por lo que tenemos que tener las herramientas para trabajar en ellos.
La gestión de carteras tradicional, basada en el binomio Rentabilidad-Riesgo, sigue presente a día de hoy. Los HFT basan muchas de sus decisiones en matemática y estadística, y en el numerador siempre aparece el concepto de esperanza de rentabilidad y en el denominador el riesgo, siempre medido por la volatilidad. Esto ya nos lo dijo un señor llamado Harry Markowitz hace años, más concretamente en 1952. A lo largo de los años hemos oído que esta teoría ya no funciona, que está obsoleta. Desde mi punto de vista sigue más presente que nunca, y cuanto más se cuantifiquen los mercados, y más peso tenga el trading algorítmico, mayor necesidad de controlar el riesgo de nuestras carteras, de medir la volatilidad y la esperanza de rentabilidad, y saber en todo momento la probabilidad que tengo de invertir y ganar dinero, para un riesgo asumido.
El momento complementa al fundamento. Un gran valor a nivel Value sin momento bursátil es dinero muerto, un coste de oportunidad. Por ello ni se debe gestionar sólo por momento, ni solo por fundamento financiero desde nuestro punto de vista (Auriga). Ambos son complementarios, y además suelen completarse y coincidir. Cuando una compañía sube, lo hace porque hay unos fundamentos detrás. Si no los hay, el momento se desvanecerá pronto. Trading sólo por momento puede llevar a errores, al igual que un trading sólo por fundamento, ya que el tiempo puede jugar en nuestra contra. Por ello creemos que hay que conocer los fundamentos de las cosas, saber a qué se dedican, ver si los números cuadran, si crecen o decrecen, y saber qué terrenos pisas. Pero también hay que saber si tienen momento en bolsa o no, si el dinero fluye hacia ese activo o no, porque sin momento será muy difícil que un buen valor suba.
El concepto de diversificación es el primero que explico a las personas que empiezan cuando tengo la más mínima oportunidad. Estoy cansando de escuchar que si diversificas no ganas dinero. Nada más lejos de la realidad. Si diversificas el riesgo tienes ganada la perduración en el mercado. Si no lo haces, has caído en las redes del mercado, y lo normal es que te devore. El control monetario, la diversificación del patrimonio, la adecuación del riesgo de mi cartera al riesgo intrínseco del mercado deben ser los pilares de todo gestor de carteras que tiene como objeto vivir del trading y la gestión a medio plazo. El resto de alternativas desde mi punto de vista son atajos, que normalmente funcionan unas pocas veces, pero la que falla, te manda a meditar a casa.
Hablaba de la gestión monetaria. “Hay que saber tirarse del tren en marcha”. Cuando una idea no funciona, ser flexible es clave del éxito. Los mercados son asimétricos, por lo que cuando caen lo hacen más rápido y con mayor virulencia que cuando suben. La incertidumbre les hace ser así, por ello en la gestión un control de las pérdidas y una flexibilidad enorme a la hora de poner en duda inversiones fallidas deben acompañarnos si queremos perdurar.