La elección de los subyacentes en que invertir en la renta variable siempre ha sido objeto de distintas opiniones; probablemente, todas ellas con sus respectivas dosis de razón. No es difícil concluír que los índices son los que marcan las pautas en cuanto a tendencia sobre la generalidad de las acciones, en tanto que las acciones pueden multiplicar varias veces dichas tendencias, tanto para bien como para mal.
Y esto, precisamente, es lo mejor que tienen las acciones en términos comparativos, que si vemos bien la tendencia (tanto la general como la de cada título), es posible ganar bastante más dinero. Como es lógico, esto tiene su contrapunto en la asunción de un riesgo superior en las acciones, pues la volatilidad suele ser mucho más elevada.
Viene esta reflexión al hilo de las dificultades que entraña en muchas ocasiones coger bien el movimiento tendencial de una acción determinada; lo entendemos mejor con algún ejemplo reciente que el mercado nos ha dejado.
Como ejemplo, Bankia
Eramos pocos los analistas que, en base a análisis técnico, dudábamos de que se convertiría en una excelente oportunidad de compra cando fuera capaz de superar los 1,17, con un primer objetivo en 1,40. Así sucedió, pues tres días después de la superación del nivel citado ya estaba en 1,245; pero ese mismo día llegó a hacer mínimos intradiarios en 1,11 (volatilidad cercana al 10%), llevándose (en una buena praxis) el stop loss por delante. Sin embargo, se ha comportado con posterioridad como era previsible y ya lo tenemos en 1,335.
Esto no quiere decir que tengamos que desistir de entrar en este tipo de títulos cuando la estrategia parece tan clara; en la mayoría de las ocasiones basta con variar la táctica de entrada, comprando en primera instancia la mitad o la tercera parte de lo que tengamos pensado destinar a esa inversión. Ello nos permite ser mucho más flexibles con los stop loss que, sistemáticamente, nos queremos o nos podemos permitir, especialmente cuando el mercado «nos pide» un cierre de vela diaria. Cuando la operación nos sea claramente favorable, podemos incrementar la inversión hasta la idea inicial, pero ya con la tranquilidad de que, probablemente, ya nos estaremos manejando con stops de beneficios. Y seguimos posicionados para tratar de completar el objetivo que nos marque el análisis técnico, siempre dinamizando los sucesivos stops de beneficios.