Suele pasar con bastante frecuencia. Estás en algún evento, te presentan a alguien, y cuando se enteran que trabajas en Bolsa te preguntan: «¿Y en qué invierto?»
Me tomo la pregunta bastante en serio y doy una respuesta larga, hablando de las diferentes clases de activos, preguntando con qué bancos trabaja, qué tolerancia al riesgo tienen… Y una de las ideas que recomiendo siempre son los fondos índices o ETFs (por Exchange-Traded Funds). La gran mayoría de la gente no tiene ni idea de lo que les hablo cuando diferencio la gestión activa y la pasiva, y siempre te piden más información para poder conocer mejor este tipo de producto.
Para mí las ventajas de los ETFs son varias:
1) Liquidez: al estar cotizados, los ETFs no tienen un valor liquidativo tal y como lo entendemos. Se pueden ver y comprar durante la sesión.
2) Claridad: la cesta que compone el fondo índice suele ser muy estable. Cuando compramos un ETF, sabemos qué compañías estamos comprando. En un fondo de inversión de gestión activa hay que estar más atento para seguir su cartera.
3) Menores costes: al ser un fondo que replica una cesta estable de valores, los costes de gestión son muy reducidos (la media es de menos del 0,44% según el Wall Street Journal), mientras que en los fondos de gestión activa es superior al 0,80%.
Este es un libro perfecto para adentrarse en el mundo de los ETFs. Para los que no la conozcan la serie «…for Dummies» es una colección que trata diferentes temas (no solo financieros) con un lenguaje llano y claro. El autor explica todos los conceptos, desde qué es una acción hasta lo que es la volatilidad y cómo tenerla en cuanto a la hora de invertir en varios ETFs y construir una cartera, poniendo numerosos ejemplos.
Ojo, que recomiende este libro no significa que quiera unirme a la animada discusión sobre qué es mejor, si la gestión activa o la gestión pasiva. Que lo recomiende significa que cuanto más sepamos sobre productos de inversión, mejor. Aquí lo tienen.