Gestión de la volatilidad de una cartera.

En mi último artículo sobre volatilidad (ver aquíexpliqué que la volatilidad es volátil y que existe una simetría especular entre evolución de las cotizaciones precios y volatilidad. Así, en momentos de correcciones (o alzas) de los mercados, el gestor comprobará cómo aumenta (o se reduce) la volatilidad de su cartera (medida, como señalaba aquí con la desviación típica de los rendimientos diarios).

Veámoslo con un ejemplo. Tomemos una cartera mixta cuya volatilidad histórica es de 3,8%. Sin embargo, comprobamos (gráfico 1) que ha habido momentos en los que la volatilidad ha superado claramente esa media, con otros en los que se ha situado por debajo. Aquí, a diferencia de lo que veíamos en el caso del Eurostoxx 50, se debe distinguir entre el aumento y disminución de la volatilidad asociado al propio de los mercados financieros y el decidido por el gestor, que ha optado por incrementar o reducir el riesgo de su cartera modificando, por ejemplo, la exposición a renta variable.

Gráfico 1. Evolución de la volatilidad de una cartera

Porque una cartera con una composición constante (gráfico 2) también experimenta variaciones de su volatilidad como consecuencia de los cambios de la volatilidad de los mercados financieros. Volatilidad de una cartera con pesos constantes que, como ya hemos comentado, presenta una evolución simétrica con su rentabilidad (gráfico 3). Pero las variaciones de la volatilidad son de inferior cuantía que las que experimenta una cartera de un gestor activo.

Gráfico 2. Evolución de la volatilidad de una cartera con composición constante

Gráfico 3. Evolución de la volatilidad y del valor liquidativo de una cartera

Comparando los gráficos 2 y 3 comprobamos que la volatilidad de la cartera se ha incrementado y disminuido por encima de lo que lo hacía una cartera con pesos constantes (un índice de referencia). Se debe, por lo tanto, a las decisiones del gestor.

Esquema 1. Variaciones de la volatilidad de la cartera y del mercado.

Fuente: Elaboración propia

Estamos por lo tanto ante un gestor activo que modifica la composición de su cartera en función de sus expectativas para la evolución de los mercados financieros. Se alejará de su índice de referencia (asumirá tracking error) tomando más o menos riesgo. Siguiendo el esquema 1 se moverá a lo largo del eje de abscisas (eje horizontal). Hacia la derecha cuando considere que es acertado aumentar riesgo y hacia la izquierda cuando opte por disminuirlo. Por su parte, los mercados sufrirán un aumento de volatilidad (hacia arriba en el eje vertical) cuando corrijan y una disminución (hacia abajo en el eje de ordenadas) cuando se revaloricen. Se definen en consecuencia 4 cuadrantes que resumen la gestión de carteras desde el punto de vista la volatilidad. En los dos inferiores los mercados evolucionan favorablemente pero sólo en el de la derecha el gestor ha estado acertado incrementando el riesgo (genera alfa). En los dos cuadrantes superiores ha sido más conveniente adoptar posiciones defensivas, por lo que el cuadrante acertado es el superior izquierdo (en el superior derecho el alfa será negativo).

@david_cano_m

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