Los índices europeos han hecho techo entre noviembre y enero, según los casos, después de un intenso proceso alcista que se inició tras el Brexit en el verano de 2016. Aunque inicialmente fue el temor a las subidas de tipos en EEUU el detonante de la corrección, lo cierto es que el proceso correctivo ha ido en paralelo a una significativa desaceleración de la economía. En general el movimiento de los mercados ha sido consecuente con un escenario de menor crecimiento: caídas de la Bolsa y de la rentabilidad de los bonos.