Explicar la brusca corrección de la Bolsa americana de los últimos días es relativamente sencillo en términos puramente técnicos. Después de un año sin apenas retrocesos, con una subida acumulada del 35% y unos niveles de volatilidad extremadamente bajos durante mucho tiempo, la corrección puede verse como una salida a la enorme tensión acumulada. Una especie de mini-crash destinado a eliminar el exceso de optimismo y complacencia que se había instalado en el mercado. La violencia de la corrección se explica por el “pánico alcista” que se había apoderado del mercado en las semanas anteriores. Después de varios meses de subida sostenida pero con una pendiente razonable, el mercado entró en una dinámica tipo “burbuja”. Apoyado por el mayor proceso de revisión al alza de las previsiones de ingresos y beneficios de las compañías en muchos años, la pendiente de la subida se aceleró a niveles insostenibles hasta que llegó la corrección. Respecto a posibles objetivos de caída señalaría dos zonas potenciales. Una sería los niveles ya alcanzados que implican volver a la tendencia sostenible previa a la “mini-burbuja y un retroceso del 38,2% de la subida desde las elecciones USA. No sería descartable que el mercado entrara en un proceso de estabilización lateral durante algunos meses para más adelante reanudar la tendencia alcista. Una segunda zona potencial de caída sería entre el 2.475 -donde coincide un retroceso del 50% de la subida desde las elecciones y del 38,2% de toda la subida desde los mínimos de 2016- y el 2.400 aprox., por donde pasa la directriz alcista de largo plazo. En definitiva, los mínimos recientes sobre el 2.530 o bien la zona 2.400-2.475 serían los objetivos razonables para una corrección dentro de un ciclo alcista todavía vigente.