La tormenta política que se ha abatido sobre España ha acabado por afectar a nuestros mercados, especialmente a la Bolsa que está sufriendo importantes turbulencias en los últimos días. Creo que para todos es evidente, también para los líderes de la UE, que la vuelta al respeto al orden constitucional es la única vía posible en una democracia. Desgraciadamente la posición del actual gobierno catalán parece más bien buscar llevar al límite el enfrentamiento, probablemente con el objetivo de negociar un referéndum pactado, por lo que es difícil predecir cuánto tiempo puede mantenerse esta situación. El problema de fondo, la posibilidad de una ruptura traumática de España, es de tal gravedad y tendría unos efectos tan dramáticos sobre la economía que no es extraño que los inversores estén empezando a salir despavoridos.