La madre de todas la batallas, por Daniel Lacalle y Diego Parrilla

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La caída del precio del petróleo de las últimas semanas al nivel más bajo en cuatro años ha devuelto la atención sobre el mercado de la energía y su impacto sobre la economía mundial. La caída ha ido deteriorando la ya frágil situación económica en los principales países productores como Rusia, Venezuela o Irán, con déficits presupuestarios muy relevantes en algunos casos.

El catalizador de la caída ha sido la decisión de la OPEP de no reducir las cuotas de producción y así defender su posición como suministrador barato y fiable además de apuntalar su cuota de mercado. La decisión es consecuencia directa de la nueva realidad de la oferta, y parte del aplanamiento energético que argumentamosen el libro “La madre de todas las batallas”: existen diez fuerzas aplanadoras que de forma progresiva e irreversible están transformando los mercados, la economía, y el nuevo orden mundial. El punto de partida de este aplanamiento energético es un mundo de desigualdad energética en el que, durante las últimas décadas, la disponibilidad y el precio de la energía han variado de forma extrema en diferentes partes del mundo. El caso más extremo es el petróleo, clave para el transporte y la globalización, así como el gas natural, clave para la generación eléctrica y producción industrial, que entre otros efectos han contribuido a los diferenciales de crecimiento y recuperación entre los Estados Unidos, Europa, China, o Japón.

La OPEP reconoce oficialmente la primera fase de la revolución energética: la nueva realidad de la oferta. Y aunque aún es pronto para determinar su verdadero potencial e impacto, el fracking (combinación de fracturación hidráulica y perforación horizontal) ha transformado la oferta tanto del gas natural con el shale gas, como oferta de petróleo a través del tight oil (también conocido como shale oil). EEUU ya importa menos crudo que en los últimos 27 años y se estima que en 2017 será independiente de importaciones de la OPEP.

Como defendemos en “La madre de todas las batallas”, el mundo no sufre de escasez de petróleo sino de concentración de sus reservas, y el fracking no es más que el demostración más reciente de la tecnología como fuerza aplanadora, que ayuda a producir mayores volúmenes, a menor precioy reducir la concentración de reservas.

En sus recientes declaraciones, el sr. Al-Naimi, secretario general de la OPEP, parece indicar que los problemas de exceso de suministro, estimado en 1,5 millones de barriles/día, son transitorios y que el precio del petróleo se estabilizará antes del final de la década. ¿Sube la oferta y baja el precio? En nuestraopinión el análisis “estabilizador” de parte del consenso es un tanto contradictorio y asume, como suele ser habitual en la industria, un crecimiento extraordinario de la demanda y/o serios problemas geopolíticos, ya que la subida de precios devolverá la competitividad perdida en la bajada de precios. El análisis es complejo, pero en cualquier caso, y de forma más preocupante, el pronóstico de precios de muchos analistas parece ignorar la revolución energética de la demanda.

La eficiencia energética tiene un componente muy relevante. La demanda de gasolina en EEUU ha caído todos los años desde 2007 a pesar del crecimiento económico con la mejora de la eficiencia de 19 a 24 millas por galón del parque de vehículos ligeros; además la IEA estima que si los vehículos pasan de 24 a 34 millas por galón de gasolina, se reduciría la demanda global un 4%. La propia IEA estima que la eficiencia puede reducir el crecimiento de la demanda a la mitad en los próximos diez años.

Siga leyendo el análisis de Daniel Lacalle y Diego Parrilla sobre el momento que vive la industria energética en el número de diciembre de la revista gratuita online TraderSecrets.

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