Persiste un entorno de relativa calma en el terreno macroeconómico. Los datos más recientes confirman una mejoría del ciclo a nivel mundial que sirve para que los organismos internacionales (el último ha sido la OCDE) mantenga la previsión de que en 2017 el PIB crecerá a mayor tasa que en 2016 (3,3% frente al 2,9%).
Crecimiento del PIB y perspectivas
Fuente: OCDE
Y a esta aceleración puede contribuir la victoria de Trump si se materializa su propuesta de estímulo fiscal en su doble vertiente. Por un lado, mediante la reducción de impuestos (tanto a familias como a empresas). Por el otro, mediante la inversión en infraestructuras y el aumento del gasto público. En definitiva, volver a recurrir a la política fiscal para dinamizar la economía, ahora que la política monetaria parece confirmar que ya no puede contribuir más al crecimiento. Incluso, podríamos decir que la política monetaria, al menos en EEUU, va a comenzar a cambiar de sesgo. Y esto es así por el claro punto de inflexión en la evolución de la inflación, cuyo componente general podría superar con claridad el objetivo del 2% marcado por la Reserva Federal.
Impacto en el crecimiento del PIB del estímulo fiscal de Trump (estimaciones OCDE)
Fuente: OCDE
La recuperación del precio del petróleo (condicionada por la mejoría de la economía mundial, pero también al recorte de la producción decidida por la OPEP) y su impacto sobre el IPC es otro factor para que el banco central de EEUU eleve los tipos de interés varias veces a la lo largo de 2017.
La situación es distinta en la UME. Es verdad que, y en gran medida gracias a los estímulos monetarios recientes del BCE, se ha evitado la recesión, además de que el escenario central es el de crecimiento. Pero a una tasa modesta claramente insuficiente como para que el BCE sea sensible al repunte de la inflación que también aquí se está ya observando. Ahora bien, no alcanzará el objetivo del BCE del 2%, sino que se quedará, probablemente, en la zona del 1,5%. Con esta combinación de crecimiento e inflación no es necesario que el BCE endurezca su política monetaria si bien si se puede replantear su programa de compras de activos de renta fija.
Evolución del tamaño del balance del BCE en función del programa
Fuente: Bloomberg
Las señales de crecimiento económico y potencial aceleración en 2016 se observan también en algunos países emergentes como Brasil y Rusia, que abandonarán la recesión gracias al repunte del precio del petróleo y los efectos positivos de la depreciación de sus divisas meses atrás. Pero es obvio que dentro de las economías emergentes, China es la clave. Y los datos más actuales confirman la estabilidad del crecimiento en la zona del 6,5%. Sólo hay una economía relevante que el próximo año podría crecer a menor tasa que en 2016: el Reino Unido. Así lo han constatado sus autoridades económicas al cuantificar entre 0,5% y 2,20% el impacto negativo acumulado por el BREXIT. El debate sigue centrado en torno al momento de la salida de este país de la UE y si esta será “agresiva” o negociada.
Los mercados financieros han reaccionado de forma favorable a la victoria de Trump. Así se han quedado con la parte positiva de su programa (estímulos fiscales que impulsarán el crecimiento), permitiendo una recuperación de las bolsas, especialmente la estadounidense, que se ha situado en máximos históricos.
En términos sectoriales, y de forma coherente con las mejores expectativas para el crecimiento, han sido los sectores cíclicos los que han experimentado mayores subidas. Entre ellos, recursos naturales y materias primas, pero también bancos y aseguradoras beneficiadas por las subidas de tipos de interés a largo plazo observadas en el mes.
Evolución del PER (trailing y forward) del Eurostoxx 50 y del S&P 500
El claro perjudicado por el repunte de los tipos han sido los inversores en renta fija, que sufren pérdidas en el mes, tanto en deuda pública como en renta fija privada (sólo el high yield de corta duración cierra el mes plano). Tras varios amagos de elevación de tipos semanas atrás, parece que estamos ya en el definitivo punto de inflexión. Tanto el recurso a la política fiscal en EEUU como el repunte de las tasas de inflación, serían los principales motores de la elevación de tipos, que podría continuar a lo largo del próximo año.
Evolución de los tipos de interés a 10 años
Fuente: Bloomberg
También en el mercado de divisas hemos existido a movimientos intensos. Uno de los más claros ha sido la apreciación del USD que en su cruce contra el EUR ha regresado a la cota de 1,05. Aunque en estos niveles consideremos que el USD está sobrevalorado, no es menos cierto que existen varios argumentos por defender una aproximación adicional, hacia la zona de la paridad. Más margen de apreciación observaríamos en la GBP (podría ir hacia la zona del 080 GBP/EUR) a medida que se redujeran las probabilidades de un hard BREXIT.
Evolución del tipo de cambio del EUR frente a GBP y USD
Fuente: Bloomberg
Por último, seguimos pensando que existe una clara oportunidad en las divisas de los países emergentes, más tras la reciente depreciación reciente, “no compatible” con la recuperación del precio de las materias primas. El efecto Trump ha impacto de forma excesiva sobre estas divisas.
Precio de las materias primas y tipo de cambio de las divisas de países emergentes
Fuente: Bloomberg
Evolución de índices Afi de fondos de inversión
Fuente: Afi