Si uno tiene un mínimo de sentido común y aprecia su vida, cuando conduce no lo hace mirando únicamente el espejo retrovisor. Hay otras muchas variables que se tienen en cuenta a la hora de iniciar un viaje, por muy corto que éste vaya a ser….
Lo mismo sucede cuando alguien se enfrenta a la tarea de seleccionar un fondo de inversión. Llamemos espejo retrovisor a la rentabilidad lograda en el pasado por el fondo, los premios logrados, el puesto alcanzado en el ranking, etc. Pues bien, todo esto es importante, claro, (una buena trayectoria es, sin duda, referencia de valía y capacidad del equipo gestor)… Pero mucho más lo es mirar hacia delante, para evitar chocar contra cualquier tipo de obstáculo. Máxime en un entorno de normalización de los mercados y, por tanto, de mayor volatilidad, como el actual, en el que hay que ir con “mil ojos” para llegar a salvo a destino.
¿Qué elementos serían, por tanto, importantes a la hora de seleccionar un buen fondo? ¿Qué nos puede ayudar a decidirnos por un tipo de producto u otro, dentro de una gama tan amplia y heterogénea? A priori, no parece tarea fácil… La clave está en llevar a cabo buen análisis cualitativo, que debería centrarse en los siguientes parámetros:
¿Dónde invierte el fondo? ¿Cuál es su cartera?
Para empezar es fundamental entender que hay dentro del fondo, huyendo de esas “cajas negras” y estructuras que uno nunca acaba entendiendo, por más que se las expliquen. En mercados alcistas es fácil dejarse llevar por cualquier activo que lo haga bien; pero, ¿qué ocurre en los bajistas? Ahí las pérdidas no son tan fáciles de explicar, ni de entender. Buscar un producto sencillo, limpio, sin trampas…, le ayudará a comprender mejor su comportamiento, tanto en marcados al alza como a la baja, y a decidir qué hacer con su inversión en cualquier momento.
¿Qué estilo de gestión utiliza el equipo gestor?
Dentro de una misma categoría, hay mil formas de afrontar la gestión de un fondo de inversión. Por eso es clave saber cómo trabaja el equipo gestor. Por ejemplo, a la hora de analizar un fondo de renta variable: ¿Se trata de una selección pura de compañías –“bottom-up” o “stock picking”–? ¿Empieza el gestor explorando el entorno macroeconómico –“top-down” – para poder determinar, después, qué tipo de compañías entrarían en la cartera del fondo? ¿Es un fondo orientado a compañías de “valor” o de “crecimiento”? El trabajo se complica cuando hay seleccionar fondos de renta fija, donde intervienen numerosas variables, además del entorno “macro”: vencimientos, tipo de emisor, calificaciones crediticias, etc. Y no digamos en categorías como el retorno absoluto, donde el gestor puede llegar a mezclar estrategias muy diversas y sofisticadas, con uso activo de productos derivados. En este caso, la recomendación es elegir fondos que, aún llevando a cabo una gestión sofisticada, ésa sea clara y transparente.
¿Es un producto realmente flexible?
Ya hablamos de ello en un post anterior, pero no está de más hacer hincapié sobre este aspecto. Sobre todo en estos últimos meses, algunos fondos que se habían “vendido” como flexibles, han dejado ver en público sus “vergüenzas”… ¿Han estado vendiendo humo? No seamos tan drásticos, pero lo cierto es que un producto que se califica como tal debe ser capaz de adaptarse a los diferentes entornos. Si no lo hace, será otra cosa, pero no flexible. Es importante, por ejemplo, ver cuál es la capacidad máxima de adaptación de la cartera: si puede llegar de 0% a 100% de exposición en renta variable y renta fija (en el caso de que sea un producto mixto), si tiene unos límites muy marcados por folleto, etc… En todo caso, y siendo positivos, lo que estos tiempos convulsos también nos han dejado ver es la excelencia de algunos fondos a la hora de enfrentarse a situaciones extremas. Siempre hay ganadores…
¿Quién es el gestor, cuáles son sus convicciones, ama o no su profesión?
Algunos prefieren no personalizar demasiado cuando se trata de hablar de fondos de inversión, pero la verdad es que, a veces, el personaje dice mucho del producto. Así que un simple encuentro con el gestor te puede aportar mucho más que una serie encadenada de números. Te deja ver, por ejemplo, si quien está detrás del fondo ama realmente su profesión, si está comprometido con lo que hace. Te permite comprobar, además, cómo se maneja en sus convicciones: si históricamente ha sido muy volátil en sus decisiones; si, por el contrario, se ha mostrado firme con la gestión que hace; y, tan importante como lo anterior, si es demasiado tozudo con sus ideas… Si se trata de fondos “personalistas”, habrá que ver cuál es la rotación de los gestores. Si, por el contrario, es un fondo de gestión de grupo, puede ser interesante comprobar la experiencia conjunta el mismo.
En definitiva, para entender un fondo de inversión, no hay que mirar sólo la rentabilidad y los premios (el espejo retrovisor). Hay que analizar en profundidad toda la maquinaria que sostiene al producto y que le permite, o no, llevar a cabo una gestión (conducción) adecuada y segura.
Completo y magnífico artículo. Enhorabuena.
Muchísimas gracias! Un abrazo!