Normalización: implicaciones para la gestión de carteras, por David Cano

Análisis Macroeconómico

Tras la caída del PIB de EEUU en el primer trimestre del año, asociada a una climatología adversa, a la menor actividad de fracking y a problemas laborales en algunos puertos, en el 2T15 ha vuelto el crecimiento. Y lo hace a tasas anualizadas del orden del 2,5%, un ritmo que, según los indicadores adelantados, podría mantenerse en próximos trimestres. En consecuencia, el saldo anual sería del 2,5%, lo que no impide ser algo inferior al de 2014, como también ha reconocido la Reserva Federal en sus últimas proyecciones (revisadas a las baja). EEUU crecería, por lo tanto, algo menos que en 2014, lo mismo que le ocurre a China, donde persiste la desaceleración hacia cotas del 6,5%. En sentido contrario, Japón vuelve al crecimiento, y aunque sea moderado (1,0%), dado que es la tercera economía por tamaño, aporta impulso al conjunto mundial. Ello, junto con el Área euro, que sigue generando evidencias de aceleración, por lo que podría requerirse una revisión al alza de la previsión actual del 1,5% para 2015. En definitiva, el menor crecimiento de EEUU y de China se compensa con el mayor de Japón y la UME, por lo que el PIB mundial avanzaría a tasas del 3,3%, es decir, la misma tasa que años atrás. Así lo recoge el FMI en la actualización de sus previsiones para la economía mundial (ver tabla 1)

Tabla 1. Previsiones de crecimiento del PIB

Tabla 1

Fuente: Afi y FMI

La novedad la encontramos en la inflación, que continúa con su gradual elevación asociada al punto de inflexión del precio de las materias primas. El riesgo de deflación del que se advertía hace unos meses queda atrás y ahora el escenario más verosímil es el de una normalización del crecimiento de los precios al consumo hacia tasas del 1,5%. Si el PIB crece al 2,0% en las economías desarrolladas y la inflación se sitúa en la zona del 1,5%, parece razonable que se deba poner fin a las políticas monetarias tan extraordinariamente expansivas que hemos observado en los últimos años. Más cuando el aumento de la base monetaria de los bancos centrales y los bajos tipos de interés estarían provocando otros efectos, como por ejemplo, una importante revalorización de la vivienda.

Gráfico 1. Evolución comparada del precio de la vivienda

Gráfico 1

El caso más claro es Reino Unido, donde los precios se sitúan en máximos históricos (y todos coincidíamos a la hora de diagnosticar una burbuja en 2008). Pero no es menos notable el de EEUU, donde desde 2012 el precio ha escalado un 25% y se sitúa apenas a un 15% de las cotas de la burbuja de 2006.

Siga leyendo el análisis de David Cano en el número 33 de la revista online de mercados TraderSecrets.

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