El Banco de España estima en su último Boletín Económico (Descargar informe Banco de España), que dedica a analizar las consecuencias de la pandemia del Covid 19, unas caídas del PIB de entre un 6,6 % y un 9,5 %, si la duración del confinamiento de la población es de 8 semanas, y de entre un 12,4 y un 13,6 % si es de 12 semanas.
Aunque la duración del confinamiento de la población es una decisión política que depende del Gobierno, el Banco de España advierte que el ritmo de la recuperación de la actividad económica “dependerá de la percepción del riesgo sanitario en los próximos meses” porque las decisiones de gasto de los agentes privados no se normalizarán plenamente tras el fin del confinamiento, si su percepción del riesgo acerca de la enfermedad se extiende más allá del levantamiento inicial de las medidas de confinamiento.
En definitiva, va a ser las fechas en las que las cifras de contagiados y fallecidos caigan a niveles estadísticamente no significativos, las que determinen el inicio de la recuperación de la confianza de la población y de la actividad económica, y no la fecha del levantamiento del estado de alarma por el Gobierno. Otra cosa es qué cifras se consideren no significativas.
El Banco de España explica los supuestos utilizados sobre la duración del confinamiento de la población, de ocho y doce semanas, porque “la evolución de la epidemia en España está siguiendo, de modo aproximado, el patrón observado antes en China, con algo menos de 50 días de retraso” y porque “en Wuhan, epicentro inicial del Covid-19, transcurrieron ocho semanas entre la fecha del confinamiento y la de ausencia de nuevos contagios, y un total de once hasta el levantamiento pleno de las restricciones”.
Resulta sorprendente la pobreza argumental, impropia del servicio de estudios de un banco central, con la que se fijan las fechas determinantes de unos resultados del PIB dramáticos, de una magnitud sin precedentes en la historia reciente.
La premisa que fundamenta la argumentación del Banco de España es que los procesos infecciosos siguen en todos los países una dinámica similar. Es la misma premisa que venimos sosteniendo desde el principio ampliada por la evidencia disponible sobre el perfil sigmoideo asimétrico que muestran en todos los casos, que modelizamos mediante el ajuste de la función de Gompertz a las cifras reales de cada país.
Nuestras previsiones se basan en las series estadísticas de contagiados y fallecidos hasta el 19 de abril, publicadas por el European Centre for Disease Prevention and Control, la Agencia de la Unión Europea encargada de compilar diariamente las correspondientes a la pandemia de Covid-19 en todos los países del mundo.
Las previsiones que siguen se refieren a diez países: España, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Corea del Sur, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
Puede observarse, a simple vista, el elevado nivel de ajuste entre las cifras reales y las cifras previstas por el modelo utilizado, en todos los países, excepto en Corea del Sur donde el ajuste es mucho menor, debido probablemente a las medidas tempranas adoptadas por las autoridades sanitarias que han alejado la evolución real de la prevista por el modelo, pero no las fechas de caída de los efectos de la pandemia a niveles estadísticamente no significativos.
Para seguir leyendo desgargue el Informe Covid 19