JP Morgan, Deutsche Bank, Bank of Amercia, Citi, Morgan Stanley… La gran banca mundial pronostica caídas de doble dígito en las bolsas europeas (entre el 10% y el 20%) si Marine Le Pen gana las elecciones presidenciales francesas. El suizo UBS incluso ha llegado a pronosticar desplomes del 35% en los índices si eso sucede. El comportamiento a la baja en este supuesto también, dicen esos bancos, acarrearía una fuerte bajada en el euro. Bank of America explica incluso que solo el hecho de que Le Pen o Melenchon pasen a la segunda vuelta haría que la moneda europea pudiese perder la paridad con el dólar (e irse a 0,90$) cotizando el riesgo de Frexit.
Más allá de que en el resultado de las elecciones francesas la inmigración pueda decantar el voto de los electores indecisos, los actores de los mercados financieros temen que las promesas de dos de los candidatos, Marine Le Pen o Jean Luc Melenchon, puedan convertirse en realidad.
La salida de la Eurozona es una de las principales propuestas de Marine Le Pen. Francia es la segunda economía de la eurozona, y su deuda (el 96,6% del PIB) está en un porcentaje muy elevado en manos extranjeras. El riesgo de marcha de Francia de la zona euro rompería el eje franco-alemán y haría temblar a los tenedores de más de dos billones de euros de deuda francesa que se plantearían si el país haría frente a su pagos de intereses o devoluciones en caso de vencimientos. En el caso de una victoria de Le Pen podría plantearse otro problema: que subiese la desconfianza respecto a Francia, y que el país tuviese que elevar su coste de financiación tanto en nuevas emisiones como en el caso de refinanciaciones (es decir, más gasto para las cuentas públicas francesas). Otros aspectos que no gustan al mercado del programa de Marine Le Pen son el hecho de que proponga una bajada de la edad de jubilación de los 62 a los 60 años (porque esto acarrearía más coste social para un país en el que el peso público en la economía ya supera el 50%) o que quiera limitar las licitaciones a empresas nacionales.
En el caso del candidato de la izquierda, Jean Luc Melenchon, el principal problema de su programa económico radica en su pretensión de aumentar el gasto público en 275.000 millones de euros. Y es que la mayor parte de ese gasto, según Melenchon, se financiaría con la emisión de nueva deuda. Además este candidato quiere ignorar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Eurozona, que es como decir que se saltaría a la torera todos los intentos de Bruselas por animar a los países a que tengan unas cuentas públicas saneadas. Melenchon no descarta permanecer en la Eurozona pero su idea pasa porque la economía francesa sea independiente del BCE y vuelva a ligarse al Banco de Francia. Sumen a eso su pretensión de nacionalizar empresas (como las de autopistas), bajar la edad de jubilación a los 60 años y elevar los impuestos a las rentas más altas y a los productos de lujo. En definitiva, medidas que provocarían una huida de capitales del país.
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