Si hay un sector cuyas empresas, o mejor dicho la cotización de sus acciones, son relevantes dentro del índice S&P 500 ese es el de comsumo. Consumo discrecional o de bienes y servicios no básicos deberíamos matizar.
La relevancia es tal que revisando la evolución paralela del índice sectorial y el del propio índice S&P 500 encontramos un elevado nivel de correlación entre ambas series a lo largo del tiempo. Vean el siguiente chart de los últimos años:
Comparten tendencia y destino.
Por tanto lo lógico sería que cuando uno supere máximos previos el otro también lo haga. O no. Eso es lo que, precisamente, ha sucedido en las últimas fechas. S&P 500 ha marcado, como ya sabrán, nuevos máximos anuales e históricos (el tiempo dirá si también histéricos). Pero, y ahí está la noticia, el sector de consumo no le ha seguido. Clara situación de divergencia bajista que introduce un toque de atención. Si lo ha hecho en los últimos cinco años, ¿qué sentido tendría pensar en potencial recorrido alcista del índice S&P 500 sin el apoyo de su principal motor?.
Que en este nuevo asalto a máximos previos no haya acompañado el sector consumo resta fiabilidad a la señal de continuidad alcista de S&P 500 y sugiere riesgo cesiones a corto plazo. Señal de pérdida de inercia alcista, si lo prefieren.