Con la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank, el FDIC (Fondo de garantía de depósitos) que cuenta con unos recursos de unos 125 billions USD, se comprometió a asegurar todos los depósitos de ambos bancos. El coste total para el FDIC ha sido de 22,500 MM de USD (20,000 MM para el Silicon Valley Bank y 2,500 MM para el Signature Bank).
Se ha conocido que el 97% de los depósitos en el Silicon Valley Bank eran depósitos no asegurados por importes superiores a 250,000 USD. Más tarde hemos conocido también que gran parte de estos depósitos correspondían a 15 compañías tecnológicas importantes (Roblox 125 MM, Vir Biotechnology 220 MM, BlockFi 227 MM, Bill Holding 300 MM, Roku 487 MM, la stablecoin de Coinbase USDC con 3,300 MM,…).
Teniendo en cuenta que los depósitos eran de más de 250,000 USD y que la gran mayoría pertenecía a unas pocas compañías tecnológicas, el rescate asumido por parte del FDIC es políticamente difícil de justificar. En ningún caso el rescate obedece a salvaguardar los ahorros de un gran número de ciudadanos americanos como lo fueron en anteriores rescates y que son al fin y al cabo la razón de ser del FDIC.
Esa es la causa por la que el FDIC está actualmente analizando quien finalmente deberá asumir el coste total de los depósitos asegurados. Todas las quinielas apuntan a que los grandes bancos (JP Morgan, Bank of America, Wells Fargo,…) serán quienes acaben inicialmente pagando el pato, y digo inicialmente porque como siempre serán sus clientes finalmente quienes lo harán mediante el pago de mayores comisiones. La justificación de esta posible decisión se basa en que estos grandes bancos han sido los grandes beneficiados de ambas quiebras recibiendo gran parte de los depósitos retirados.
El órdago fue fácil de dar a la hora de garantizar el dinero pero otra cosa muy distinta ha sido cuando ha llegado el momento de pagar.
El Gobierno americano en este rescate más que apoyar a pequeños ahorradores lo que ha buscado es salvar y apoyar a una serie de compañías punteras que son la base y el germen para que Estados Unidos pueda seguir liderando mundialmente el sector tecnológico.