Al parecer el escritor francés Henry François Becque señaló en una ocasión que “la libertad y la salud se asemejan pues su verdadero valor se conoce cuando nos faltan”.
Y es que la inmensa mayoría de seres humanos no echamos de menos contar con una buena salud hasta que la perdemos… Entonces, y sólo entonces, nuestra escala de valores en la vida suele cambiar. Por ello, hoy vamos a hablar de salud. Sobre todo, cómo aprovechar, financieramente hablando, el potencial de la temática salud ya sea en la búsqueda del elixir de la eterna juventud o la propia mejora de la calidad de vida de cada uno de nosotros.
Es una realidad objetiva que el gasto sanitario, y también el del cuidado personal, va en aumento a nivel mundial año tras año. Esto se debe, sobre todo, a los siguientes motivos:
– Por un lado, el envejecimiento de la población, en especial, en países del primer mundo (como podría ser el caso de España). Y es que una de las razones la encontramos en el aumento de la esperanza de vida… algo que, afortunadamente, también ha empezado a darse en países en vía de desarrollo donde, y según datos publicados por la organización Mundial para la Salud, la esperanza de vida ha aumentado en 9 años entre los años 1990 y 2012. Aunque, también en el caso del primer mundo, está el hecho reconocido de un bajo índice de tasa de natalidad.
– En segundo lugar, el aumento de enfermedades crónicas: cáncer, cardiopatías isquémicas, accidentes vasculares cerebrales, diabetes, Alzheimer, enfermedades respiratorias, etc.
– Aparición de nuevas enfermedades… algunas de ellas bastante raras y costosas de tratar.
– Aumento del gasto sanitario en economías emergentes.
– Investigación en medicina preventiva como puede ser el estudio del genoma humano.
– El aumento de la demanda de productos genéricos.
Por tanto, que el gasto mundial en salud vaya en aumento convierten a este temática en una inversión bastante atractiva, como así lo demuestra tanto el interés creciente que despierta entre la comunidad de inversores, como el resultado bastante positivo logrado en bolsa por muchas compañías que integran dichos sectores, en los últimos ejercicios, ya sean éstas grandes empresas farmacéuticas, compañías del sector de la biotecnología, fabricación de diferentes tipos de prótesis, grandes compañías mundiales de fabricación de medicamentos genéricos, proveedores de productos y servicios para pacientes con insuficiencia renal crónica, empresas de biología molecular o, incluso, dirigidas a mejorar la salud de animales…, sobre todo de compañía.
Sugería Benjamin Franklin que no cambies la salud por la riqueza. Y no podemos estar más de acuerdo con tal propuesta. Ahora bien, sin perder tal perspectiva, añadiríamos que esta temática de inversión francamente es atractiva y, si un inversor está dispuesto a asumir ciertos riesgos con parte de su patrimonio financiero, hay ideas de inversión interesantes con potencial para rentabilizar sus ahorros.
No obstante, como el sector sanitario es muy amplio y diverso, mi consejo como asesor financiero independiente es que, si le interesa el tema, tome posiciones en dichos sectores-temática pero, en nuestra opinión, de la mano de buenos gestores de fondos de inversión que no sólo cuente con amplios conocimientos de las diferentes compañías que integran los diferentes subsectores de salud, sino que también tenga muy presente la multitud de aspectos tanto económicos, políticos y regulatorios que les afectan. Excelentes profesionales los podrá encontrar en gestoras de prestigio internacional como son JP Morgan, Fidelity, BlackRock, Pictet o la británica Polar Capital.
En definitiva, esta temática de la búsqueda del elixir de la inmortalidad puede ser muy saludable para su bolsillo pero, como vengo insistiendo con otras ideas de inversión, siempre y cuando esté bien asesorado.