Persiste la incertidumbre sobre verdadera salud de la economía china. Y es que una vez generadas las dudas, será necesaria una contundente batería de indicadores para que se vuelva a pensar en un escenario de “aterrizaje suave” en lugar de uno de hard landing. De momento, no hay evidencias adicionales para apostar por segundo, como apuntaba el Banco Asiático de Desarrollo en su último informe. Y aunque revisa a la baja las previsiones de crecimiento de todos los países asiáticos, mantiene una expectativa de avance del PIB en China superior al 6,0% para 2016.
Previsiones de crecimiento del PIB
Recordemos que el debate sobre la posición cíclica de aquella economía surgió tras la decisión de las autoridades de devaluar el yuan a mediados de agosto (por una magnitud del 5,0%). Y que las dudas pivotan en torno al ritmo al que se está produciendo el cambio del modelo de crecimiento económico y sobre si el consumo privado será capaz de compensar el menor dinamismo de la inversión empresarial, de la construcción y de las exportaciones.
Evolución reciente de CNY/USD
Las caídas de los precios de las materias primas hasta niveles mínimos no observados desde la Gran Recesión de 2008 es otro argumento para reconocer un deterioro de la posición cíclica de la economía mundial o, al menos, de los emergentes. Pero también aquí la reacción del mercado ha podido ser excesiva. Es verdad que China representa el 50% de la demanda mundial de alguna de ellas (cobre, aluminio, estaño o zinc) pero en otras apenas supone el 15% (azúcar, maíz, gas natural o petróleo) por lo que la caída indiscriminada de precio podría ser la respuesta a un posicionamiento bajista de los operadores financieros y no tanto a aspectos de oferta y demanda “productiva”. Solo en el caso del petróleo podríamos encontrar un “argumento fundamental”. Arabia Saudí no cede y mantiene su producción en máximos históricos a la espera de que la caída en los precios del barril que provocan expulse a los productores de fracking. Pero, de momento, no lo consiguen, por lo que podría estar produciéndose mejoras en la eficiencia que redujeran el umbral de la rentabilidad del precio. Interesante batalla entre productores que, no obstante, está provocando un aumento de diferenciales en el segmento high yield de renta fija. Un mercado que además se ve ahora golpeado por el caso Volkswagen. Es que el peso del sector autos y energía en RF HY suma del orden del 15%. De esta forma, a las pérdidas sufridas en renta variable desde mediados de abril (especialmente intensas en agosto, uno de los peores meses de la historia) se le suman las de este segmento de renta fija, lo que está provocando una de las correcciones más intensas jamás vistas en perfiles de riesgo medio y medio bajo (como la renta fija mixta, por ejemplo).
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