El poeta y dramaturgo inglés, John Dryden, señalaba en una ocasión que el hogar debe ser el refugio sagrado de la vida.
Precisamente en París, ciudad golpeada recientemente por el terrorismo islámico, el próximo 30 de noviembre y hasta el 11 de diciembre se va a celebrar la Conferencia del Clima de las Naciones Unidas.
Antes de llegar a esta Cumbre, algunos de los grandes países ya han avisado que no esperan importantes avances en torno a dar soluciones efectivas que eviten una catástrofe ecológica sobre nuestro hogar: la tierra.
En mi humilde opinión, no hay plan B y por ello es urgente que los líderes del mundo comiencen a escuchar los “gemidos de dolor de nuestro hogar” y adopten las medidas necesarias para evitar un desastre irreparable para la vida… Toda clase de vida. Seguir haciendo daño a la tierra es una de las peores herencias, si no la peor, que podremos dejar a nuestros hijos.
Como seres humanos, es mucho lo que podemos hacer para evitar daños mayores… Sólo falta concienciarnos y actuar. Trabajar en la dirección de:
- Proteger nuestro medioambiente.
- Potenciar la eficiencia de los recursos naturales.
- Fomentar las energías limpias para reducir las emisiones de carbono.
En muchas ocasiones, como analista financiero, he tenido que escuchar que ser ecológico no es rentable financieramente. Pero esto no es cierto. Ser ecológico es concienciarte de los beneficios que supone tener limpia tu casa: nuestro planeta tierra. Pero también, y en el mundo empresarial, hay cada vez muchos más ejemplos de compañías que consiguen flujos de caja positivos y sostenidos.
Para aprovechar esta temática, de presente y futuro, hay un ramillete de buenos fondos ecológicos al alcance de todo tipo de inversor y bolsillo. Pero hay uno que, particularmente, me parece interesante por la forma de ser gestionado, el tipo de compañías en las que busca posicionarse y la calidad de los gestores. Se trata del fondo Nordea-1 Climate And Environment Equity BP.
Como hemos señalado en otras ocasiones, la selección y análisis de este fondo no debe considerarse como una idea comercial, sino de una alternativa de inversión que siempre recomendamos valorar de la mano de un asesor independiente, en función del perfil de cada uno. En este caso, es una idea de diversificación para carteras con capacidad de asumir un riesgo elevado en bolsa.
Para terminar quería hacerles partícipes de una última reflexión: cuando era pequeño recuerdo haber leído un libro de astronomía en el que el autor (era demasiado pequeño y disculpen que no recuerde el nombre del libro ni el autor) decía que el planeta Marte es lo que será la tierra en el futuro. Aquellas palabras cuasi apocalípticas me marcaron… Por ello, en nuestras manos está seguir siendo el planeta azul o acabar siendo un planeta rojo e inhóspito.