Cuando me preguntan por referencias para el análisis económico, siempre respondo que una de mis principales fuentes son los informes que elaboran tanto los bancos centrales como los organismos internacionales. Y, de éstos, el FMI se sitúa en los primeros puestos de mis recomendaciones, sobre todo dos que publica cada seis meses: el World Economic Outlook (WEO)[1] y el Global Financial Stabiltiy Report (GFSR)[2]. La edición de abril me permite esbozar en las siguientes líneas el contexto actual de la posición cíclica de la economía mundial, que lo resumo en el esquema 1. El PIB mundial crecerá este año a una tasa del 3,6%, lo que supone un avance superior al de 2013 o 2012. La clave de este mayor crecimiento la encontramos en que el Área euro ha dejado atrás la recesión. Esta es una de las características diferenciales de la situación actual: todos los países del mundo van a crecer este año, salvo Chipre (-4,8%), Guinea Ecuatorial (-2,4%), Croacia (-0,6%) y Venezuela (-0,5%). La periferia de la UME ha dejado atrás la segunda recesión, la sufrida entre 2011 y 2012. La parte no tan buena del análisis del entorno es que el PIB mundial crecerá menos que en el “pico” de 2010. ¿El motivo? Que los países emergentes no van a poder avanzar a las tasas como las observadas justo después de la Gran Recesión.
Por tanto, el WEO confirma un crecimiento más equilibrado entre países, lo que favorece la reducción de los desequilibrios globales, esto es, de los saldos dispares de las balanzas por cuenta corriente. Conviene recordar que éste era el gran riesgo del que se advertía en 2006, cuando el subprime era un término prácticamente desconocido.
El gráfico 2 compara la evolución del saldo de los países con déficit (fundamentalmente EEUU y, hasta hace poco, la periferia de la UME) con el de los que tienen superávit, entre los que se encuentran los exportadores de petróleo, los emergentes y Alemania-Japón. La cifra de este último tándem ya se corresponde en exclusiva con Alemania dado que Japón ha entrado en déficit por cuenta corriente por primera vez desde 1980. Y es que su particular Quantitative Easing (el denominado QE) está provocando una intensa depreciación del JPY, que sin que esté sirviendo para aumentar las exportaciones, sí está encareciendo las importaciones, sobre todo las de energía, que se han incrementado tras el cierre de Fukushima. Para el debate: así como el QE de la Fed sí está impulsando la economía estadounidense y está generando puestos de trabajo (sí, ya sé que aquí me enfrento a una línea de opinión generalizada en contra), el del Banco de Japón no está sirviendo. Una nueva evidencia de que no todas las recetas económicas funcionan igual en todos los países en todos los momentos del tiempo. En la misma línea, para mí las recetas alemanas sí funcionan (es imposible decir que no), ¡pero sólo en Alemania y en su actual posición cíclica! En la periferia no funcionan o, al menos, con daños colaterales en términos de empleo que obligan a buscar paliativos, esto es, medidas complementarias que sirvan para compensar (es decir, se impone buscar estímulos de algún tipo). Y es aquí donde vuelve a aparecer el banco central y mi opinión de que el BCE debe realizar un QE. Este es el otro gran centro del debate de las últimas semanas, sobre el que el FMI se ha mostrado partidario. El argumentario no rota solo entorno a la necesidad de crear empleo en la UME sino también de evitar el riesgo de deflación. Para ilustrarlo, dos gráficos. El gráfico 3, en el que se representan las probabilidades según el FMI de una caída de los precios (las actuales y las que había el pasado mes de octubre). Es claro que el Área euro es la que presenta un mayor riesgo (obsérvese cómo esta probabilidad es del 0,0% en Japón: ¡quién lo hubiera dicho hace apenas uno o dos años!) por más que haya caído respecto a los niveles del pasado mes de octubre. ¿Y este riesgo de deflación a quién está asociado? En el gráfico 4 tenemos la respuesta: en gran medida a España.
Puede seguir leyendo este artículo de David Cano en el número de mayo de la revista online TraderSecrets.
[1] http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2014/01/
[2] http://www.imf.org/External/Pubs/FT/GFSR/2014/01/index.htm