A la hora de invertir en el S&P 500 y desde un punto de vista puramente fundamental es importante tener en cuenta las siguientes variables:
1-. El mercado espera y descuenta que a medida que avance el año los beneficios empresariales irán en aumento, lo que parece poco probable y realista si tenemos en cuenta la actual situación económica
2-. El consenso de mercado espera para este año un beneficio por acción de 220 USD. Morgan Stanley los estima en 195 USD
3-. Los múltiplos a cotizar en el actual entorno económico deberían estar en los niveles de 16-17 veces beneficio, más próximos de su media histórica que de los 18-19 veces de ciclos más expansivos
4-. El mercado descuenta que las bajadas de tipos de interés son buenas para las bolsas. Sin embargo la historia muestra lo contrario y es durante los periodos de recortes de tipos de interés cuando las bolsas caen con cierta intensidad
5-. La bolsa históricamente nunca ha hecho suelo antes de entrar en recesión. El suelo se forma en medio de la recesión cuando la macro presenta su peor cara.
6-. Por primera vez en muchos años la rentabilidad del Treasury Bill a 1 año y la del bono a 10 años es superior a la rentabilidad por dividendo del S&P 500
7-. La bolsa suele caer en periodos de políticas monetarias restrictivas donde la FED reduce su balance y la economía experimenta una fuerte contracción del crédito.
Las proyecciones del S&P 500 para final de año se sitúan en el rango de los 3,800-4,200 puntos.
En la situación actual los bonos respecto a la bolsa ofrecen un mayor valor además de presentar un binomio rentabilidad-riesgo más atractivo.
En mi opinión hay poco que ganar y mucho que perder a los niveles actuales del S&P 500.