En las últimas semanas han surgido algunas dudas sobre el ritmo de recuperación de la economía europea, lo que ha llevado finalmente al BCE ha anunciar un nuevo paquete de medidas de estímulo. De acuerdo con las declaraciones de Draghi, el principal factor de riesgo para la economía sería que la actual fase de inflación muy baja se prolongara durante mucho tiempo. Esta situación podría afectar a las expectativas de inflación a largo plazo, que de momento se mantienen cercanas al objetivo del 2% anual. Si los agentes económicos empezaran a rebajar esas expectativas, las decisiones de inversión podrían verse afectadas negativamente entrando en un círculo vicioso de bajo crecimiento con inflación muy baja. Aún sin llegar a la situación deflacionista que se ha mantenido en Japón desde hace 20 años, está claro que sería un escenario muy negativo en el entorno de elevado endeudamiento que todavía tenemos. Por lo que se refiere a la evolución de Japón, cabe reseñar que las medidas de choque implementadas por el Gobierno de Abe y el Banco Central han logrado situar la inflación en el entorno del 1,5% (descontado el efecto de la subida del IVA) y el crecimiento del PIB en el 3%.
Japón: Inflación y Crecimiento desde 1995: (Fuente: Bloomberg, M&G Valores, AV)
La inflación sigue cayendo en la eurozona. La inflación en la eurozona está actualmente en el 0,5%, su nivel más bajo desde la Gran Recesión en 2009. Es significativo, sin embargo, que pese a que el PIB de la eurozona lleva ya casi un año creciendo, la inflación ha seguido cayendo por la presión del ajuste en los países periféricos y la fortaleza del euro. Lo normal es que la salida de la recesión se hubiera traducido poco después en una recuperación de las tasas de inflación, tal y como ocurrió en 2009, pero en esta ocasión no está sucediendo así. Las medidas del BCE, fundamentalmente las nuevas facilidades de liquidez para los bancos (TLTROs) y un posible programa de compras de ABS (bonos respaldados por activos reales), se dirigen a facilitar los flujos de crédito a la economía real así como a reforzar las expectativas de inflación a largo plazo. De momento el BCE no se plantea un QE en toda regla, como el implementado en EEUU y Japón mediante la compra de bonos soberanos, pero se deja abierta esa posibilidad si la situación se deteriorase en el futuro.
Eurozona: Inflación y Crecimiento desde 2000: (Fuente: Bloomberg, M&G Valores AV)
Caídas de la rentabilidad de los bonos. Resulta significativo que, pese a que en general las expectativas de crecimiento económico se mantienen estables para próximos trimestres, tanto en EEUU como en Europa, en las últimas semanas las rentabilidades de los bonos han sufrido una apreciable caída tras el repunte de la segunda parte de 2013. En el caso de Alemania, por ejemplo, la rentabilidad del Bund a 10 años está en el 1,35%, muy cerca de los mínimos registrados en plena crisis del euro cuando toda Europa entraba en recesión. Este movimiento de los bonos refleja en mi opinión cierto escepticismo sobre las expectativas de crecimiento de la economía, lo que parece algo contradictorio con el sólido comportamiento de la Bolsa. Por otra parte, la caída de las tasas de inflación, tanto las actuales como las expectativas futuras, ayuda también a explicar el comportamiento de los bonos en los últimos meses. El problema es que un continuo deterioro de las expectativas de inflación pueda acabar afectando todavía más a las previsiones de crecimiento, y en consecuencia a la bolsa, pero de momento esta situación no se está produciendo.