Existe un enorme debate acerca de la eficacia de las políticas de los bancos centrales y su efectividad en conseguir los objetivos de política monetaria a medio plazo. En esta ocasión voy a dar nuestra visión sobre la actualidad económica, analizando el QE y la situación mundial, así como en qué nombres creemos que hay que estar posicionados como inversor de renta variable. Como nuestro universo de inversión en el día a día de los vehículos que gestionamos es la zona Euro, me centraré en compañías del panorama euro. Seguro que mi versión es equivocada para muchos, u otro punto de vista en el mejor de los casos. Pero es la nuestra.
En el mundo en el que nos rodea, donde encontrar una persona optimista es cada vez más complicado, es muy difícil también desgranar al sector de los pesimistas, ya que desde mi punto de vista están los que tienen argumentos de peso para ello y los muestran, los que siguen una doctrina ideológica que les otorga un corsé del que no se pueden salir y aquellos que se dejan llevar por la moda. Cada vez resulta más difícil encontrar a alguien que piense que el mundo va a mejorar en los próximos años, y sobretodo cada vez es más complicado buscar a gente que tenga una visión no condicionada por su ideología y que trate de ser justo en sus juicios de valor con las cosas. En este artículo vamos a dar un enfoque sin doctrina alguna a nivel político pero que trata de dar una visión de la realidad alternativa al doble bando, los defensores del QE como salvadores del mundo sin más y los detractores del mismo con una visión apocalíptica del final del mismo. El tiempo nos dirá si tenemos o no razón, porque ya sabemos que a corto plazo los mercados pueden parecer una cosa y a largo plazo ser bien distinto. Para ello vamos a comenzar por contextualizar.
En los últimos 10 años hemos vivido varios fenómenos al mismo tiempo:
Por un lado la globalización. El comercio mundial y los lazos comerciales a nivel global se han incrementado de forma sustancial, existiendo enormes zonas de libre comercio, enormes tratados internacionales donde las autarquías se han reducido y se ha permitido un tránsito del capital y de las mercancías sin encarecer vía aranceles el mismo. Este hecho produjo la deslocalización de las fábricas y trajo al mundo deflación de precios al reducir los costes de producción de forma sustancial al incorporar al comercio mundial países y regiones con mano de obra más barata que reducía los costes de producir todo tipo de bienes.
Al mismo tiempo se ha producido una revolución tecnológica. La famosa burbuja de las puntocom no era tal burbuja, pero una vez más el mercado primero te arruina antes de darte la razón. A principios de los años 2000 también hubo gente que comenzó a descontar que los Google, WhatsAap, Amazon, Rb&B, Uber, etc. existirían porque el mundo online revolucionaría la forma de comercial a nivel mundial. Evidentemente no todos ellos sobrevivieron y muchas de las ideas iniciales murieron en el camino. Y lo que es más importante, muchas de esas ideas que aún no conocemos y que generarán el futuro empleo aún no se han desarrollado y son probablemente una idea en la mente de alguien que está pensando en construir y no en destruir. La tecnología también abarata la forma de producir bienes y prestar servicios, por lo que aporta deflación al mundo.
También se produjo un enorme error de política monetaria ultra-expansiva desde los años 2000 a 2007. La baja inflación hizo que los bancos centrales, acostumbrados a tener que combatirla, confundieran lo que en realidad estaba pasando en el mundo y acometieran políticas que recalentaron hasta el extremo la economía. El exceso de deuda generado en esos años es el resultado de la enorme deuda actual de empresas, familias y estados. Aunque los dos primeros ya han hecho un gran esfuerzo en su reducción en muchas zonas geográficas y lo van reduciendo de forma notoria en los últimos tiempos, los más críticos dirán que ha sido posible trasladándoles deuda a los Bancos Centrales. Probablemente sea así, pero quizás sea que los Bancos Centrales están absorbiendo la deuda que nunca debió de existir y que por su enorme torpeza existió. Con ello introduzco mi primer argumento. El que está solucionando el problema de deuda es el mismo que lo creo: los bancos centrales.
La política monetaria tiene un mecanismo de trasmisión de sus medidas de política monetaria a través de unas estaciones de servicio o gasolineras llamadas bancos. Para que la gasolina, el dinero, fluya, es necesario que los bancos estén libres de morosidad y sean capaces de tomar el dinero del banco central y prestarlo a los agentes económicos de la sociedad, a un tipo superior, siempre que su balance y el control de riesgos lo permita. Pero esto sólo se producirá cuando los agentes económicos sean solventes de nuevo. Para ello se tiene que producir un doble fenómeno que solo tiene un aliado, el tiempo. Se tienen que des-apalancar aquellos agentes sobre-endeudados en la crisis, devolviendo sus deudas y en el peor caso asumiendo la entidad bancaria la mora ampliando capital y asumiendo dichas pérdidas. También se tienen que incorporar nuevos jóvenes al mundo adulto donde con sus decisiones de compra a medio plazo volverán a hacer crecer el crédito. Al mismo tiempo hay nuevos negocios que también se incorporan al mercado e irán demando empleo y financiación al mismo, pero esos negocios están comenzando a explotar ahora.
Ambos fenómenos ya se están produciendo, aunque los más agoreros solo nos hablen del horrible final donde va a terminar el mundo, ya que los QE no funcionan porque el crecimiento y la inflación no surgen por ningún lado. Al mismo tiempo nos hablan del envejecimiento de la población como argumento agorero por el aumento de la longevidad y los costes asociados para los estados por este motivo, así como el fin del mundo de las pensiones a futuro, olvidando que las empresas biotecnológicas y farmacéuticas son precisamente empresas que están liderando la creación de empleo e incorporando a jóvenes en sus plantillas dedicados a pagar dichas pensiones. El Excel a medio plazo lo aguanta todo, y las matemáticas financieras cuando tomamos un escenario estático sin pensar que algo nuevo puede surgir y cambiar nuestras proyecciones, y capitalizamos o descontamos los flujos financieros nos dan escenarios resultantes de lo más variopinto, pero casi siempre erróneos.
Está claro que el mundo está sufriendo un enorme cambio y transformación, vivimos en plena revolución tecnológica en todos los ámbitos: las comunicaciones, el comercio, la banca, la energía, el consumo, todo está cambiando. Siempre que se produce un gran cambio como el que comenzamos en el año 2000 se producen grandes crisis, donde nunca se ve la luz al final del túnel, pero finalmente el ser humano siempre aprovecha esos periodos para reinventarse y la economía y la sociedad siempre da un paso hacia adelante. En este proceso evidentemente hay líderes y zonas geográficas que se adaptan antes, y otras después, pero todas normalmente se adaptan al nuevo mundo que les rodea y sus ciudadanos se reinventan. Por el camino aquellos agentes que nieguen el cambio y mantengan rígidos en sus modelos de negocio pensando que lo que hasta ahora había funcionado volverá a funcionar en adelante, corren el riesgo que la transformación del entorno los arrastre hacia un punto de no retorno, desapareciendo de la forma en la que les habíamos conocido hasta el momento. En cambio aquellos que lideren el cambio y lo afronten con inteligencia liderarán la salida. Por poner un ejemplo, si le hablamos al Banco Popular de Fintech, Blockchain, etc…probablemente le duela la cabeza al oírlo, ya que está destinando sus recursos a tapar agujeros, en cambio sí le hablamos a BBVA del tema, probablemente nos reciban con agrado ya que la adaptación de su banca al nuevo mundo lleva tiempo avanzado. Este ejemplo sencillo y de nuestro entorno nos da pistas de donde estamos en el momento actual. Los más agoreros dirán que los Bancos van a desaparecer. En mi opinión los que no se adapten lo harán, pero algunos como el citado BBVA es muy probable que no lo hagan y que incluso lideren la recuperación del sector a medio plazo.
¿Y qué tiene que ver el QE en todo esto? Pues el QE de los Bancos centrales lo único que hace es comprar tiempo. No sube los precios ni incrementa el PIB, eso lo harán los agentes económicos por sí solos, pero les costará unos años adaptarse. Bajando la rentabilidad de la deuda de los estados y del resto de agentes económicos lo que abre es una ventana de tiempo en donde aquellos agentes económicos en problemas pueden refinanciar su deuda y mandar vencimientos a tramos largos, les permite acometer reestructuraciones, no dedicarse a pagar intereses crecientes que los hunden todavía más en el abismo, ganar tiempo para vender activos y desendeudarse, ajustar sus modelos productivos, pedir dinero para invertirlo en nuevas tecnologías que les saquen del final de su modelo productivo obsoleto y los adapten al nuevo tiempo.
Por supuesto los defensores del hay que dejar caer a los ineficientes y los QE no sirven para nada, más que para perpetuar zombis y elefantes blancos, se lo podrían explicar a empresas como Ferrovial o ACS que llegaron a esta crisis híper-endeudados y han sido capaces de transformarse e internacionalizarse manteniendo las nóminas de sus empleados mes a mes. ¿Acaso ACS hubiera podido hacerlo sin el QE? ¿Hubiera sido mucho mejor para todos dejarlo caer en el abismo?, y como consecuencia que esa deuda se hubiera llevado por delante a miles de empleos directos, e indirectos al haberse trasladado a proveedores y acreedores. Desde mi humilde opinión es muy fácil ser sectario de una ideología cuando tus habichuelas no están en juego, y en mi humilde opinión es un claro ejemplo de que el QE compra tiempo. Eso sí, este tiempo no es eterno. Aquellos agentes que se dediquen durante ese tiempo a negar la evidencia y seguir metiendo la cabeza en el agujero como los avestruces, como Telefónica o Banco Popular, por ejemplo, corren un serio peligro de desaparecer tal y como las hemos conocido, como líderes de sus respectivos sectores. Aquellos que aprovechen el tiempo para acometer las reestructuraciones internas y adaptarse al nuevo mundo no sólo no sufrirán si no que liderarán sus respectivos sectores en el futuro. Por eso cuando el QE acabe, muchas de las empresas seguirán financiando sus modelos productivos a tipos competitivos, no tiene por qué ser ultra bajos, si no competitivos, y aquellas que no lo hagan sufrirán el enorme revés de los mercados. En manos de los equipos gestores de todas están. EEUU ya ha comenzado a poner fin a su QE, porque considera que los que lideran el crecimiento ya lo están haciendo, y los que tenían problemas o han caído o se han trasformado. En Europa aún tenemos algún tiempo porque nos está costando más tiempo en darnos cuenta del mundo en el que vivimos, pero ahora mostraré nombres de empresas que están liderando el mundo y donde probablemente poner nuestros euros tenga mucho más sentido a día de hoy.
Biotecnología y agroalimentación:
Nombres como Biomerieux Orion, Eurofins, DBV Tech, Orpea, Ipsen, Sartorius, Fresenius, Recordati están liderando el mundo.
La nube, fintech, digitalización:
SAP, Software AG, Cancom, Econocom, Devoteam, Alten, Prodware, Tecnocom, Ubisoft, Sopra Esteria, WireCard, Gemalto, Ingenico, Spie,
Los transportistas del comercio mundial:
Neopost, Bepost, Deutsche Post, Huhtanaki
Si introducimos algunos de estos nombres en nuestras carteras probablemente estemos adaptándonos a los nuevos tiempos.
(FOTO: FLICKR.COM Edgardo W. Olivera)