Demonios, menudo año. Del “virgencita, que me quede como estoy” al “¡me lo compro todo!”. No sé cómo no hay más maníaco-depresivos en este sector bursátil, porque pasamos de la desesperación a la euforia en muy pocos meses. Esto, como he reflejado en mis últimos análisis, ha llevado a que cada vez sea más difícil…