Las temáticas en la información financiera también van por modas. Si ahora toca Brexit, antes fueron los bonos con rentabilidades negativas, o los bancos centrales, o China, o Grecia… El movimiento del precio es el que determina la moda. No está escogida al azar. Y como la actualidad manda (el precio, que dirían ustedes), los que nos dedicamos a contar historias buceamos a menudo en los datos para encontrar alguna cifra que nos ayude a contextualizar ese precio. Fue así como por casualidad conocí el origen del nombre del edificio Dakota de Nueva York. El público en general identifica el inmueble porque junto a él asesinaron al músico John Lenon, pero yo me quedé con lo anecdótico: el inmueble estaba tan lejos del meollo neoyorquino cuando se construyó en la segunda mitad del SXIX, que los propios habitantes de la ciudad comentaban que ir a este edificio en la calle 72 era como trasladarse a un lugar lejano, remoto. Como ir a Dakota, vaya.
Hay otras teorías que explican el origen del nombre, pero cuando este pasado invierno la moda era hablar del desplome del precio del petróleo, decidí que de todas las historias que justificaban su nomenclatura, la de la lejanía era la más apropiada. Es más, lo del edificio era el gancho, porque lo que me preocupaba realmente era la evolución de la economía de Dakota del Norte a raíz de la bajada de la actividad del fracking en el segundo Estado productor de energía de los Estados Unidos. Los datos corroboraron mis sospechas: se trataba de una economía en desaceleración afectada por el descenso de la actividad del shale oil ante el desplome acumulado por el precio del petróleo. Aunque algo me llamó la atención: que su tasa de paro rondara el 3%, una cifra realmente baja. Pero reconozco que ahí dejé las cifras. Ya saben, las modas, las temáticas, los precios, me hicieron viajar a otros lugares.
Esta primavera volví a Dakota por casualidad. Caía en mis manos un informe que me facilitaba CaraxAlphaValue sobre la zona de Bakken, al Norte del estado, área que acoge el mayor yacimiento de petróleo no convencional de Estados Unidos. Las cifras de Bakken evidenciaban el boom del fracking: en 2008 el número de pozos estaba por debajo de los 4.000 pero en 2014 ya superaba los 12.000
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(FOTO: FLICKR.COM Aurelien Guichard)